domingo, 20 de abril de 2008

De cómo descubrí a Pipilotti

Hace muchos años solía ir sola al Reina Sofía. Por aquel entonces vivía casi al lado y los domingos había cogido la fea costumbre de acercarme al Reina Sofía para matar la mañana. Por aquel entonces, la única cosa era matar. En fin, que de repente me vi inmersa en un mundo diferente. Es cierto que me solía introducir en sus salas sin estar nada documentada. Quería sentirme sorprendida. A veces aquellas mañanas dominicales lo conseguían, otras salía igual que entraba, en mi mismo ánimo. Pero aquella mañana. Recuerdo perfectamente aquella mañana en aquella sala. Perfectamente cuadrada. Con sus perfectas paredes llenas de imágenes perfectas, de agua. De músicas atonales. Perfectamente repleta de estos colores, de estas imágenes. De esta música distorsionada y que no dejaría de escuchar a partir de siglos. De tanta agua. De un sólo nombre. Pipilotti Rist rezaban los carteles. Recuerdo la libertad de aquel descubrimiento, recuerdo precisamente aquel mismo momento. Y entre las paredes de aquellas salas me quedé, perpleja, introducida. Me quedé ahí, con los brazos caídos, ante aquellas cuatro paredes. Así descubrí a la artista Pipilotti Rist.
Su obsesión principal era el cuerpo humano. Su medio de expresión el vídeo, y experimentaba una y otra vez con efectos visuales. En muchas de sus obras aparece ella misma, disfrazada o desnuda. Sus trabajos son simples, divertidos y muy bonitos. Llenos de color. Sobre todo, llenos de color. http://www.pipilottirist.net/begin/open.html

Pipilotti hace una versión de la canción “Wicked Game” de Chris Isaak. La primera vez la utiliza en la videointalación “I am a victim of this song”. La segunda es en la obra “Sip my Ocean” en la que ella misma canta la canción. Es un bonito trabajo. El mismo que vi aquel día en el museo. Se proyectaba -como podéis ver más abajo- en una habitación a oscuras, recuerdo que la sala del museo estaba llena de cojines para poder sentarse todo el tiempo del mundo. En una pared se proyectaba una parte y en la de al lado el otro vídeo, así se formaba una imagen única que quedaba unida por la esquina. Utilizaba una cámara sumergible y grababa su cuerpo y el suelo de la piscina con objetos que se encontraba a su buceo. Los movimientos de cámara eran rotatorios, parecía que una estaba dentro de un caleidoscopio, al verlo proyectado en la esquina. Sus tonos azules, verdes y claros conseguían introducirte a ti también debajo del mar. Recuerdo lo mucho que me gustó, y las veces y veces que vi repetido este video, delante de mí. Pasé horas viendo este trabajo y relajándome. Toda aquella mañana. Ahora lo recupero en este universo del youtube.






Esta otra instalación -de abajo- que también recupero del pequeño dios del youtbue, se titula Ever is Over All, e invitaba una y otra vez a levantarte de aquellos cojines, a salir a la calle y golpear con toda la libertad que te daba una sonrisa abierta de par e par todas las ventanillas de los coches que te encontrabas a tu paso. De nuevo Pipilotti utilizaba dos videos en paredes continuas, uno de frente y otro a la derecha. El de la derecha simulaba nuestro propio espejo retrovisor, había imágenes muy agradables de flores rojas, planos cercanos de colores cálidos. En la pared de enfrente, se proyectaba otra escena en el que aparece Pipilotti disfrazada y con una flor gigante en la mano. Ella pasea por una calle, a la izquierda está la pared y a la derecha una fila de coches. Camina por la calle balanceando una y otra vez la flor, de repente, golpea uno de los coches con la flor y rompe la ventanilla. Sigue caminando. Sonriente. Vuelve a golpear otro coche y rompe la ventanilla. Se cruza con gente, con un polícia, se saludan, y ella, sencillamente sigue caminando y sigue golpeando.

9 comentarios:

Gracia Iglesias dijo...

Es curioso que hables de Pipilotti Rist, porque hace sólo unos días la mencionaron en una de las discusiones de MiLiteraturas sobre poesía visual. Yo respondí a esa alusión argumentando que lo de Pipilotti era poético en grado sumo, pero que no podía calificarse a la artista de poetisa visual, sino de videoartista, que es como ella misma se define, porque, aunque yo sigo el concepto "panartístico" y "panpoético" (por llamarlo de alguna manera) de Fluxus (hay arte y poesía en todo), la discusión trataba de poner unos límites a la poesía visual y de ahí mi acotación.

Y una vez más, Nuria, has vuelto a acertar con una de mis pasiones, porque no sólo estoy muy interesada en el videoarte como una de las expresión más genuninamente contemporáneas y de este siglo, sino que siento verdadera devoción por Rist, a quien descubrí, como tú, hace mucho tiempo. Está en la nómina de mujeres artistas a las que admiro profundamente, junto con Marina Abramovich, Laurie Anderson, Valie Export y Francesca Woodman.

A Abramovich la considero la madre de la performance y el body-art. Su entrega al arte está muy presente cuando me planteo una performance, aunque nunca podré llegar a los límites que ella llegó, pese a que me gustaría tener su valor.

Anderson es la suma de la poesía, la música y la tecnología. Su concepto de la belleza en la declamación es con lo que me gustaría quedarme y asumir como propio.

Valie Export es el feminismo en el arte en estado puro, la provocación y la búsqueda. Revolucionó el arte austriaco de su tiempo.

Y de esa lista mi último descubrimiento Francesca Woodman, con quien me encontré en las Tate Modern de Londres. Sus fotografías me fascinaron antes incluso de conocer su historia personal. Escribí sobre ella en la sección de fotografía de la revista Aqueloo (www.aqueloo.org), en “Profundidad de campo 1839”. Puedes encontrarlo allí todavía. Si no la conoces estoy segura de que te gustará descubrirla.

mjromero dijo...

No conocía a Pipilotti Rist, gracias por colgar los vídeos, me han encantado.

nuria ruiz de viñaspre dijo...

Gracia, hablas en serio?? No me enteré, si veo ese nombre -ya tan importante para mí- en el
Militeraturas hubiera buceado hasta el fondo. Dime de qué día fue o cómo encontrarlo. Todo lo que
tenga que ver con ella me subyuga, me cautiva, consigue que me quede totalmente quieta. Y al igual
que tú, para mí es pura poesía, poesía hasta llorar. Y si, es una eminencia del videoarte, sin
duda.

Ay Anderson, también es de las mías. La etapa que más la seguí la de su Oh Superman. De Francesca
Woodman creo que ya nos hablaste y sí, la conocía.

Que bien acertar… gracias por tus lecciones de nombres, siempre atractivos y alguna que otra nueva.

Gracia Iglesias dijo...

El comentario sobre Pipilotti lo hizo "Jojo y Rita Martin" el 14 de febrero y lo puedes encontrar en la discusión "Poesía Visual" de MiLiteraturas.

Yo no me canso de escuchar Big Science de Laurie Anderson.

Gracia Iglesias dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Isabel Mercadé dijo...

Desde luego que es poesía. Y lo dice una que sólo escribe, que no se ha atrevido nunca a experimentar con otros soportes. No conocía a Pipilotti Rist. Me ha impresionado inmediatamente. Ha sido revivir uno de esos días en que te alejas de la playa mar adentro y ¡al fin sola! el cuerpo se convierte en un emisor y receptor privilegiado de sensaciones visuales, auditivas, táctiles, olfativas. Y Pipilotti consigue que sean precisamente las táctiles las que más recuerdes. Por no hablar de muchas otras cosas a las que el video alude. Gracias, Nuria, por este regalo y a ti también, Gracia, por algunas referencias que no conocía.
Abrazos.

nuria ruiz de viñaspre dijo...

Gracia
Gracias por el dato, ya fui ayer volando hacia allí
Sí, Big Science, lo mejor de lo mejor, sí señora

Isabel
Para mí Pipilotti es poesía en estado puro, consigue hacerme llorar, el mundo no sabe lo fácil que
es conseguir en mí algo así, pero juego con la ventaja de que de momento no lo sabe, así que sí, sus propuestas, sus imágenes me hacen llorar hasta el extremo. Nos hace pensar que vivimos en otro mundo, muy diferente a éste y eso, dado los días que se avecinan, es todo un prodigio. Qué bien habértela dado, en cierto sentido, a conocer.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Me sorprende y desconcierta la belleza de los pecios que en su re-cordare nos muestran el mundo que fue nuestro, la acuatica resistencia de la memoria al destierro de la felicidad.

Un abrazote

Viktor

Estel Julià dijo...

Nuria,

Me ha encantado leer ésta entrada, desconocía lo que ésta mujer hace, me gusta es innovador, aunque, pensándolo bien, creo que todo está inventado aunque en otras versiones.
Y digo ésto porque me ha recordado que en el Teatro Museo Dalí que está en Figueres, hay una experiencia que Dalí llevó a cabo y que me resultó curiosa. La idea está basada un poco a lo que plantea la Pipilotti, un cuadro proyectado en un ángulo de espejos, el efecto visual es tremendo.
Hace años cuando visité el Teatro Museo, creo recordar que habian por lo menos tres piezas, desconozco si todavia están (supongo que sí).
Dalí sin utilizar el video experimentó con la imagen simétrica, aunque estática en su caso.

Curioso verdad??.


Un abrazo,


Estel J.

PS. Por cierto no conozco el Princesa Sofía, pero seguramente un dia cogeré y me perderé en él...