jueves, 30 de julio de 2009

Ludovico Einaudi

Se llama Ludovico Einaudi y confieso que me encanta descubrir músicos nuevos. Su nuevo trabajo, Una mattina, ha sido todo un descubrimiento. En la misma línea de Richter, o Johannsson si acaso, por lo menos a mi caprichoso y longitudinal oído, lo descubrí gracias a G. y P. este pasado fin de semana. Sonaba de fondo en un ambiente cálido y lleno de paz, una casa en las afueras.
No pude resistirme a saber más de él en cuanto llegamos a casa. Después de escucharle no he podido evitar descubrir esas influencias, encontrando similitudes estilísticas de este piano contemporáneo de Einaudi con Philip Glass, las notas dulces pero amargas de Johannsson, la vena folclórica de Yann Tiersen... el elogio de la evolución de Ölafur Arnalds o incluso Mertens. Y al fondo, la luz de siempre, de donde parece que nace todo: Arvo Pärt.

Monday



Primavera



Nació en Turín (23 de noviembre 1955) y es un compositor y pianista moderno que destaca por el desarrollo de frases melodiosas en sus composiciones para piano. Leo que representa uno de los grandes éxitos de la música clásica contemporánea de los últimos años.


He leído también que compuso parte de la banda sonora de Desayuno con diamantes junto al mítico Henry Mancini.

“En general no me gustan las definiciones, pero ‘Minimalista’ es un término que significa elegancia y sinceridad, por lo tanto prefiero ser llamado minimalista a cualquier otra cosa”. -Ludovico Einaudi -

lunes, 20 de julio de 2009

La profesora de literatura

Ésta soy yo de pequeñita. Hoy me he encontrado estas fotos casi olvidadas en el ordenador y me parece increíble que dentro de un mes cumpla 40 años. El caso es que ahora, al mirarlas, me vienen a la memoria las clases de lenguaje cuando yo era esa niña aún años más tarde. Las odiaba. Las detestaba porque la profesora, cuando me sacaba al encerado a leer una redacción, me obligaba a colocarme de pie delante de ella, y ella era gigante. Justo detrás de mi enjuto cuerpo, sus ojos, implacables, persiguiendo bien despiertos cualquier palabra mal leída por mí o sencillamente comida por la prisa que a veces nos mete el miedo. Y luego sus manos, atrevidas, enormes, inabarcables, colocándome una diminuta pero endurecida horquilla oxidada en el poco flequillo terso que se suicidaba desde mi frente y me escondía los ojos ridiculizándome con el gesto delante de la clase. Yo detestaba hacer redacciones por varias razones. Teníamos que hablar de nosotros mismos, de si nuestros juegos eran colectivos (eran raros los juegos individuales como leer o escuchar música en soledad, teníamos que expandirnos, que relacionarnos). En fin, que yo detestaba sobre todo tener que salir no mucho más tarde al encerado y destapar mis juegos porque eran demasiado individuales. Y todo ello subida en una tarima inalcanzable y leerlas a esa altura vertiginosa con una mezcla extraña en la sangre de miedo y vergüenza y pudor. La profesora se llamaba Higinia. ¡Qué nombre más extraño y a la vez qué intenso! eso sí, adoraba a mi hermana pequeña, M. porque sí, ella era de niña sencillamente adorable, era muy buena estudiante, obediente y recatada, equilibrada. Higinia no era mala persona si era capaz de adorar a algo o alguien. Tampoco era mala profesora, probablemente aquel gesto de su mano apartando con ironía y burla mi flequillo delante de aquella clase, probablemente aquel gesto obsceno y atrevido a mis ojos no era tan importante como yo lo imaginaba en mi cabeza aún de arcilla. O puede que sí, que fuera una mala persona que se regodeaba de ridiculizar a una niña de tan sólo diez años. Recuerdo hoy todo esto al ver esta foto. En fin, que a pesar de esa aberracción y ese miedo a hacer redacciones, recuerdo todo esto con cariño porque ¿quién me hubiera dicho a mí que hacer redacciones o escribir y escribir sin descanso se iba a convertir en el juego más importante de mi vida. En cualquier caso, mando un saludo cibernético a Higinia. Hoy me alegro más que nunca haberla tenido como profesora. Porque sin el lenguaje y la literatura sencillamente me sentiría talada. Porque antaño me avergonzaba y me intimidaba hablar fugazmente de mí misma y hoy no caigo en ese reparo pasado y soy clara como una página en blanco aunque a veces me desclare. Quizá fue ella la que despertó ese hormigueo que quemaba mis manos temblorosas. Quizá consideró en su imaginación que yo "apuntaba maneras" y con esa dureza particular tan suya, y tan antigua ya, clavó sus venenosos incisivos de serpiente en las venas de mis muñecas yertas... Quizá sí, quizá no. Quizá mi yo más inconsciente soñaba de pequeña con escribir y hacer redacciones y leerlas en alto y dejar caer mi cabello o apartarlo pero con mi mano, sólo con mi mano.

La primera tarea del poeta es desanclar en nosotros una materia que quiere soñar.
Gaston Bachelard

sábado, 18 de julio de 2009

Pipilotti Ris

Elisabeth Charlotte Rist nació en 1962 en Grabs, Sankt Gallen, Suiza. Desde su infancia siempre ha sido llamada Pipilotti. El nombre hace referencia a la novela Pippi Calzaslargas de Astrid Lindgren (wiki) y sus coloridos y musicales trabajos transmiten una sensación de felicidad y sencillez.

Sip my ocean es para mí una de las piezas más contundentes. Estridente y casi siniestra consigue introducirte con sus colores de agua en su particular mundo.




Ever is Over All muestra a cámara lenta a una joven que aplasta una flor tropical en los cristales de coches aparcados. Una policía se acerca y la saluda. El clip ha sido comprado por el MOMA de Nueva York. Yo tuve la suerte de verla en el Reina SOfía hace ya tiempo aunque no se me va de la cabeza.



En mi búsqueda de la nueva humanidad voy corriendo al bosque y grito de alegría. Los pájaros me ayudan a cantar. Pipilotti Ris

viernes, 17 de julio de 2009

Voces distantes

Ayer fui sin mi testigo S. a la lectura del Oeste Celeste, finalmente me acompañó una amiga y una vez entrada en lío aparecieron más amigos. Disfruté muchísimo con el juego de palabras de Bolo, a Sergio empiezo a adorarle porque es abrazable como las nubes, pero no como las nubes de Bolo, sino como esas a las que te lanzarías desde un avión a muchísima altura por eso, porque sabes que acogen. Eché mucho de menos a S. pero fue una gran velada, sin duda. Hoy tengo los párpados a punto del descenso pero me fui satisfecha de lo leído y lo escuchado. Lectura dispar y diversa, de voces distantes pero que complementaban, los poetas que allí leíamos éramos tan diferentes como la noche lo es del día. Nos acompañaron en cada momento las cuerdas de la mujer que sostenía Chicoria entre sus manos, su guitarra, un artista lleno de dedos. Angela y Sol, dos poetisas que amenizaron la velada con otro tipo de música, más de voz, una propuesta rítmica y gratamente trabajada y Alfonso cuya obra me gustó mucho y que para sorpresa mía, me felicitó por un artículo escrito por mí sobre el Anfaegtelse de Angélica Liddell hace algúun tiempo en este Rascacielos. Yo leí extractos de El pez místico y en la última vuelta algo de Tablas de carnicero. Las Tablas empujan y empujan, en cada lectura lo siento así. No faltaron personas que me felicitaran por mi trabajo y aunque soy el ser más humilde comentarios como los de ayer siempre animan.
Gracias a todos y sobre todo a los organizadores. Gracias a Oeste Celeste, el lugar más azul que todo el azul del mundo.

miércoles, 15 de julio de 2009

Lectura en Oeste Celeste

Ya regresamos a Madrid. S. aún tiene algunos días más de descanso, así que acaba de marchar a Valencia. Han sido unas vacas fantásticas, pisando Madrid sólo para volver a coger fuerzas. Yo ya comienzo el trabajo mañana. Eso sí, mañana por la tarde hay una lectura conjunta en el Oeste Celeste. Yo leeré poemas del pez y llevaré libritos para los interesados. Espero veros por allí.

El cartel me lo envió Sergio Cruz Placer. Gracias

Oeste Celeste
C/Buenavista 18
Madrid (Metro Lavapiés o Antón Martín)

sábado, 4 de julio de 2009

Vacas

El viernes pasado S. había preparado este platito. Me lo encontré en el frigorífico al abrirlo a mi vuelta del trabajo, último día antes de las vacacionessssssss. Tras una semana por tierras valencianas, y buceando por los mares del sur desembarcamos ayer en Madrid. Mañana a Lisboa.