sábado, 31 de octubre de 2009

La casa de la fuerza

el sol se pone cuatro o cinco veces al día el sol se pone cuatro o cinco veces al día el sol se pone cuatro o cinco veces al día... así es imposible que la tristeza descanse....

No hay cerro, ni selva, ni desierto, que nos libre del daño que otros preparan para nosotros. Angélica Liddell

La casa de la fuerza en La Mandrágora

La casa de la fuerza, para la dramaturga, directora y actriz es la casa de la soledad; ese lugar donde se compensa el agotamiento espiritual con el agotamiento físico; es el sitio donde no somos amados, y hacemos ejercicios de no-sentimientos para compensar el exceso de sentimientos; es el sitio de la humillación y de la frustración. Atra Bilis

“Descubrí que la extenuación física me ayudaba a soportar la derrota espiritual. Me agotaba. Eran ejercicios de preparación para la soledad. Eran ejercicios de no-sentimientos para aniquilar el exceso de sentimientos. Pero poco a poco la soledad se impuso violentamente a la fuerza, y a partir de ahí la pelea entre la soledad y la fuerza fue salvaje. De modo que la fuerza me permitió ahondar en la fragilidad, la imperfección, la debilidad y la vulnerabilidad”.

"...cuando llegas al límite de la extenuación, ... te calmas"

El jueves 5 de noviembre en el MATADERO, La casa de la fuerza de y con Angélica Liddell, la derramadora de sangre, la no-nihilista a pesar de toda apariencia, la de la frase "me marcho a México" siempre en boca -para cambiarlo-, la dolorosa enamorada de aquel México de "me marcho a México" siempre en boca, la que acusa también a ese México, la auténtica en este otro país más sintético, este Madrid sintético, la que descarga kilos y kilos de carbón sobre el suelo de nuestras vidas, su propio escenario. Todo ese carbón que no tardaré en caernos encima. Un duelo a muerte entre soledad y resistencia. Un duelo compartido con mujeres de México que cuentan en vida la muerte impune de miles de mujeres. Un duelo en nuestras propias casas que medirá nuestras también propias fuerzas. Allí estaré dejando que nos eche ese pulso. El pulso de vida- Probablemente después, probablemente después sólo pueda escribir sobre ello. Y detrás de todo, en lo más profundo, Bach y los mariachis.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Místicos extractos

Algunos de los minutos de la presentación de El pez místico el otro día.

I
Intervención Ángel




*Música: Max Richter
*Videos: Pipilotti Ritz
*Fotos: EL Mundo, El Día de Valladolid, EL Norte de Castilla y Félix Fradejas

Éste es uno de los artículos que salió el sábado, un día después a la presentación del pez.
Del periódico El Mundo

lunes, 19 de octubre de 2009

En la pecera

Ayer a la tarde volvía en el Ave de Valladolid. Presentar allí El pez místico ha sido realmente emocionante. Acompañada del inigualabe "para mí" Ángel Guinda, del ya querido Óscar Martín Centeno, de mi pedazo de hermana y todo ello auspiciado por mi también más que querida Yolanda, del Ateneo, fue muy emotivo. Ya a primeras horas de la mañana me llamaron de El Mundo y de una agencia de noticias para entrevistarme y hablar un poquito del pez. No mucho más tarde llamaron también de EL Día de Valladolid, en fin, que fue un viaje de ida muy movido. Es cierto que siempre que presento en Valladolid me siento arropada pero el viernes en la presentación fui sorpresa tras sorpresa. Ya en la librería, haciendo malabares para que pudieran proyectarse unas imágenes que llevaba, volvieron "gratamente" a la carga los fotógrafos de aquellos medios que me llamaron horas antes. Incluso la televisión de allí me hizo una pequeña entrevista en esa librería convertida en pecera y que conseguí ver de soslayo pero igualmente emocionada en las noticias del domingo.

La intervención de Ángel la tengo bien grabada en la memoria porque tuvo palabras hermosísimas para este pez que despunta. Igualmente Óscar las tuvo para este animal mojado y yo, mientras nadaba en las palabras que columpiaban mi pequeño ego, me fui poco a poco emborrachando.

Estoy editando un pequeño video (ya que el audio dura una hora) como muestra de todo nuestro disfrute. Un acto donde hubo risas, bromas, conversación inteligente, peces y agua, mucha agua. Reencontrarme con rostros conocidos y muy queridos, a veces incluso rostros no vistos hace una década y con tantos otros desconocidos fue aún más disfrute.

Gracias gracias gracias y mil gracias a Yolanda del Ateneo Cultural Jesús Pereda, que no tuvo más que detalles con todos nosotros. Gracias también a los que asistieron y a los que asintieron en cada poema recitado por nosotros.

*Ángel, Óscar, Marta, no tardo en enviaros fotos y audio...

miércoles, 14 de octubre de 2009

sábado, 10 de octubre de 2009

El jardín de los cerezos

Esta mañana, mientras subía a esta altura la información recibida del Ateneo Cultural de Valladolid para el viernes, me ha llamado mi hermana para decirme que ayer volvieron de gira tarde pero de camino pudieron ver el programa de La Mandrágora en La 2.

ELla me había avisado hace una semana por si me interesaba verlo pero tenemos visita en casa y sencillamente se me pasó. Eso sí, antes de colgarle el teléfono esta mañana he volado al ordenador para buscar el video de ayer en la página de RTVE. Lo he encontrado y he disfrutado muchísimo viéndolo. Era un especial del último espectáculo en el que anda metida Marta Ruiz de Viñaspre. El jardín de los cerezos, de ...Chéjov, dirigido por Rayuela Producciones (Nina Reglero). Están en el minuto 9.36. Hay que verlo. Marta está que se sale, es la rubia, rubísima....

El programa de La Mandrágora lo podéis ver aquí:
http://www.rtve.es/mediateca/videos/20091010/mandragora/602489.shtml

Información sacada de la página de Rayuela

Reparto:
Liubov Andréievna Ranévskaia: Marta Ruiz de Viñaspre
Ania : Maribel Carro
Varia : Carmen Gutiérrez
Leonid Andréievich Gáev. :Carlos Nuevo
Ermolái Alexéievich Lopajin : Carlos Pinedo
Petia Trofímov: Carlos Cañas
Simeón Pischik: Xiqui Rodríguez
Charlotta Ivánovna: Maribel Carro
Semión Panteléievich Epijódov: Carlos Cañas
Duniasha: Carmen Gutiérrez
Firs.: Xiqui Rodríguez
Yasha. Carlos Pinedo
Un transeúnte. Xiqui Rodríguez


A ver si es posible volver a Valladolid para el viernes 23 y disfrutar de esta desdramatización de Chéjov particular, cómico siempre pero necesario, siempre necesario.

Estreno en Valladolid, Viernes 23 de octubre en Sala Ambigú
*Fotos de Félix Fradejas

El pez místico en Valladolid

Próxima estación: Valladolid. El Ateneo Cultural Jesús Pereda de Valladolid tiene el placer de invitarles a la presentación del libro El libro El pez místico de Nuria Ruiz de Viñaspre, editado por Olifante Ediciones, que será presentado esta vez en la ciudad de Valladolid, el viernes 16 de octubre a las 20 h de la tarde en la Librería Margen (Enrique IV, 2)

Participan: Ángel Guinda como poeta y representante de la Editorial Olifante, Óscar Martín Centeno, Marta Ruiz de Viñaspre y la autora que leerán poemas extraídos del libro.

Quedáis todos invitados.

jueves, 8 de octubre de 2009

Muerte por una belleza que perturba

El otro día gracias a un compañero de trabajo, recordé esta película. Recordé la genialísima sinfonía 5 de mi adorado Mahler incorporada con maestría en la película. Es una obra maestra Muerte en Venecia y no sé por qué pero me trae a la memoria Ojos negros de Mihalkov. No tardaré en volver a verla, no tardaré en volver a verlas. Ambas una reflexión sobre la vida y la muerte y en definitiva, sobre la vida contemplativa y lo fugaz del momento. la diatriba sobre lo apolíneo y lo dionisiaco, el problema filosófico de la muerte, la moral y la carne. En definitiva, un compositor cansado que aguarda su muerte y que queda fascina por la belleza transitoria de un joven. Toda una genialidad entre un solitario escritor - músico cincuentón y la brusca belleza de un imberbe. Película delicada, toda una urdimbre de pensamientos y deseos...



un extracto del libro de Thomas Mann

...deteniéndose al borde del agua, con la cabeza baja, empezó a dibujar en la arena húmeda con la punta del pie; luego entró en el agua, que en su mayor profundidad no le llegaba ni a la rodilla, la atravesó dudando, descuidadamente, y dejó el banco de arena. Allí se detuvo un momento, con el rostro vuelto hacia la anchura del mar, luego empezó a caminar lentamente, por la larga y angosta lengua de tierra, hacia la izquierda. Separado de la tierra por el agua, separado de los compañeros por un movimiento de altanería, su figura se deslizaba aislada y solitaria, con el cabello flotante, allá por el mar, a través del viento, hacia la neblina infinita. Otra vez se detuvo para contemplar el mar. De pronto, como si lo impulsara un recuerdo, bruscamente, hizo girar el busto y miró hacia la orilla por encima del hombro. El contemplador estaba allí, sentado en el mismo sitio donde por primera vez la mirada de aquellos ojos de ensueño se había cruzado con la suya. Su cabeza, apoyada en el respaldo de la silla, seguía ansiosamente los movimientos del caminante. En un instante dado se levantó para encontrar la mirada, pero cayó de bruces, de modo que sus ojos tenían que mirar de abajo arriba, mientras su rostro tomaba la expresión cansada, dulcemente desfallecida, de un adormecimiento profundo. Sin embargo, le parecía que, desde lejos, el pálido y amable mancebo le sonreía y le saludaba.

Pasaron unos minutos antes de que acudieran en su auxilio; había caído a un lado de su silla. Le llevaron a su habitación, y aquel mismo día, el mundo, respetuosamente estremecido, recibió la noticia de su muerte.