martes, 29 de julio de 2008

Vladimir Holan

Hace muchos años cayó en mis manos el poema dramático "Una noche con Hamlet" de Vladimir Holan. No era libro mío. Me pregunto si algún día lo será. Recuerdo que lo devoré, como el sol devora esta epidermis. En muchísimas ocasiones aquellas letras -que ya no recuerdo, pero dejaron profunda huella- se me han venido a la cabeza. Es un libro de esos importantes para mí y a pesar de ello, aún no me he hecho con él para releerlo una y otra vez y sentir lo que sentí hace aquellos tantos años. Yo supongo que no lo busco por no encontrarme a mí misma.
Encuentro sn embargo muchos poemas hermosos de Holan, pero el destino me tiene reservada aquella eterna noche con Hamlet.
Bueno encontré este par de poemas de ese libro siempre ansiado:

Te digo que el arte es llanto,
algo para uno, nada para todos,
porque con sólo tener esperanza el futuro es tuyo...
Siempre nos está excediendo algo, pues incluso el amor
es sólo una parte de nuestra certeza... Armonía atonal...
Y el dolor como castigo, por ser,
incluso el dolor, pasajero...


Era un muchacho prodigioso, sí prodigio
es lo que amamos, aún
sin comprenderlo...Tenía casi seis años
e imitaba a la sana eternidad... No hace ni una semana
que murió de difteria...No fuí a su entierro...
Pero hoy me lo he encontrado en la taquilla de un cine.
Me ha dicho, en confianza:
"Vi esta película hace una semana
pero tengo que verla una vez más
porque no sé si la princesa que actúa en ella
se habrá ido del balcón".


El resto que arrastro es del libro Dolor entre otros

La Gruta de las Palabras

No entra impunemente el joven con su luz en la gruta de las palabras.
Audaz, presiente apenas donde se encuentra.
Joven, aunque ha sufrido, no sabe lo que es el dolor.
Sabio antes de tiempo, se escapa sin haber entrado
Y alega, como excusa, la inmadurez de su edad.

¡La gruta de las palabras!
Sólo el verdadero poeta, y por su cuenta y riesgo,
Pierde, delirando en ella, las alas
y con ellas, la manera de someterlas, de nuevo, a la gravedad
y no menoscabar esa fuerza que atrae hacia la tierra.

¡La gruta de las palabras!
Sólo el verdadero poeta regresa con su silencio
Para encontrar, ya viejo, a un niño que llora
Abandonado por el mundo en su umbral.


No es

No es indiferente el lugar donde estamos.
Algunas estrellas se acercan entre sí peligrosamente.
También aquí abajo hay separaciones violentas de amantes
sólo para que el tiempo se acelere
con el latido de su corazón.
Las gentes sencillas son las únicas que no buscan la felicidad...


La Voz Humana

La piedra y la estrella no nos imponen su música,
las flores callan, las cosas parece que ocultan algo.
Los animales niegan en sí, por nuestra causa,
La armonía de la inocencia y el misterio.
El viento tiene siempre el pudor de una simple señal
y lo que es el canto, lo saben sólo los pájaros enmudecidos
a los que el día de Nochebuena echaste una gavilla sin trillar.
Les basta existir y eso es inexpresable. Pero nosotros,
nosotros sentimos miedo, y no sólo en la oscuridad,
sino que, incluso en la fecunda luz,
no vemos a nuestro prójimo
y aterrados hasta un conjuro violento
gritamos: ¿Estás ahí? ¡Habla!

Vladimir Holan (Rep. Checa, 1905-1980). Místico y visionario, profundamente humano y reflexivo.

sábado, 26 de julio de 2008

Instrucciones para escuchar a Jessie Norman

Hoy es mi primer sábado sin S. Está trabajando. Y la nostalgia de estas mañanas más solitarias me lanza a la música de siempre, aquella en la que nado constantemente a pesar de mis maravillosos descubrimientos musicales más frescos, más recientes, por decirlo de alguna manera.

Instrucciones para llorar: Hay que escucharlo hasta el final y no perder en ningún momento su imagen.
Samson and Delilah del compositor Camille Saint-Saens (Mon Coeur s'ouvre a ta voix).



Mon Coeur s'ouvre a ta voix
comme s'ouvrent les fleurs
aux baisers de l'aurore!
Mais, o mon bien-aime,
pour mieux secher mes pleurs,
que ta voix parle encore!
Dis Moi qu'a Dalila tu reviens
pour jamais!
Redis a ma tendresse
Les serments d’autrefois,
Ces serments que j’aimais

Ah! responds a ma tendresse
Verse-moi, verse moi l'ivresse!

Responds a ma tenfresse, etc

Dalila, Dalila, je t'aime!

Ainsi qu'on voit des bles les
epis onduler
sous la brise legere,
ainsi fremis mon Coeur,
pret a se consler.
A ta voix qui m'est chere!

La fleche est moins rapise a porter le trepas,
que ne l'est ton amante a voler
dans tes bras!

Por otro lado, he estado buscando las canciones de Satie y acabo de encontrar, gracias a Isabel M. con su ya antigua entrada de Jessy Norman este Je te veux, una de mis preferidas porque me pone sencillamente contenta.

Instrucciones para ser un poco más feliz: Hay que escucharlo hasta el final y no perder en ningún momento su imagen.



J’ai compris ta détresse
Cher amoureux
Et je cède à tes vœux
Fais de moi ta maîtresse
Loin de nous la sagesse
Plus de tristesse
J’aspire à l’instant précieux
Où nous serons heureux
Je te veux

Je n’ai pas de regrets
Et je n’ai qu’une envie
Près de toi là tout près
Vivre toute ma vie
Que ton corps soit le mien
Que ma lèvre soit tienne
Que ton coeur soit le mien
Et que toute ma chair soit tienne

J’ai compris ta détresse
Cher amoureux
Et je cède à tes vœux
Fais de moi ta maîtresse
Loin de nous la sagesse
Plus de tristesse
J’aspire à l’instant précieux
Où nous serons heureux
Je te veux

Oui je vois dans tes yeux
La divine promesse
Que ton coeur amoureux
Vient chercher ma caresse
Enlacés pour toujours
Brûlant des mêmes flammes
Dans un rêve d’amour
Nous échangerons nos deux âmes

J’ai compris ta détresse
Cher amoureux
Et je cède à tes vœux
Fais de moi ta maîtresse
Loin de nous la sagesse
Plus de tristesse
J’aspire à l’instant précieux
Où nous serons heureux
Je te veux

He comprendido tu angustia,
amado mío.
Y cedo a tus deseos,
Haz de mí tu dueña,
Alejemos la prudencia.
Ya no más angustias,
Aspiro al instante precioso
en el que seamos felices,
Yo te deseo.
No tengo más pesares
y sólo un anhelo
estar cerca de ti, muy cerca,
vivir toda mi vida contigo.
Que mi corazón sea tuyo y tus labios míos
que tu cuerpo sea mío y toda mi carne tuya.
Si, veo en tus ojos
la divina promesa
Que tu corazón amoroso
venga a buscar mi caricia
Abrazados para siempre,
Quemados por la misma flama
En sueños de amor,
cambiaremos nuestras almas.
He comprendido tu angustia,
amado mío
y cedo a tus deseos
Has de mi tu dueña
Alejemos la prudencia,
Ya no más pesares,
Aspiro al instante precioso
en el que seamos felices
Yo te deseo.

jueves, 24 de julio de 2008

Cajas

"Me encanta el verano, hay piel por todas partes". Hoy me ha despertado esta frase. He guardado esta primera frase que me ha espetado S. en cuanto ha sonado el despertador diez minutos antes, tiempo que dedicamos a decirnos y escucharnos antes de comenzar el día independientes sólo físicamente pero verticales.
De vuelta a la normalidad. A mi normalidad. Pero es una normalidad anormal. En el trabajo mudanza antes que en casa. Todo se adelanta. Y cómo me cuesta volver... Volver. Volver a las andadas. A la rutina diaria, al trabajo amontonado, al silencio en la oficina pues la mayoría está de vacaciones. Y quien no tardará en marchar encierra hoy de nuevo sus pequeños enseres de su pasado laboral en una caja para moverla de sitio.

Cajas. Cajas zarandeadas. Cajas apiladas. Unas sobre otras, optimizando espacio. Aquellas pequeñas habitaciones cubiertas con una tapa que vive unida a la parte principal, aquel habitáculo de vértices para transportar algo. Vértigo desde dentro. Vértigo desde fuera. Paredes de cajas que me separan del mundo... como un parapeto al dolor de fuera. Me encanta la palabra caja pero su contenido incluye tanto movimiento que no sé si deseleccionarla de mi memoria quieta. Siempre han formado una parte importante en mi vida. Mi pasado y mi memoria está llena de cajas. Todo son vehículos. Mi boca es un vehículo. Mis manos, mi cuerpo zarandeado. Nuestros cuerpos son cajas que transportan ideas, sentimientos. Siempre hay algo dentro de ellas. Aire. Polvo. Humo. Nada. A veces son huecas, otras las llenamos de órganos vitales pero siempre se oye un eco dentro si nos silenciamos. El hueco que forma el aire encerrado. Enrarecido. Somos un vehículo. No dejamos de movernos, somos nosotros quien nos movemos al compás del movimiento de la tierra. La inercia. Mudanzas.

Y hablando de mudanzas, se me viene a la cabeza (no viene a cuento, o sí, qué sé yo) un maravilloso soneto de Lope de Vega que siempre me gustó y que acabo de recordar, junto a aquel otro que decía Vireno, aquel mi manso regalado...

Mudanzas
Lope de Vega

El humo que formó cuerpo fingido,
que cuando está más denso para en nada;
el viento que pasó con fuerza airada
y que no pudo ser en red cogido;

el polvo en la región desvanecido
de la primera nube dilatada;
la sombra que, la forma al cuerpo hurtada,
dejó de ser, habiéndose partido,

son las palabras de mujer. Si viene
cualquiera novedad, tanto le asombra,
que ni lealtad ni amor ni fe mantiene.

Mudanza ya, que no mujer, se nombra,
pues cuando más segura, quien la tiene,
tiene polvo, humo, nada, viento y sombra

jueves, 17 de julio de 2008

Baba y Brusca

Ayer noche, reorganizando fotos, renombrando archivos, poemas, textos perdidos que nadan en un escritorio cada vez más lleno, (hago este ejercicio casi cada semana), eliminando estupideces (nunca elimino fotos, son nuestro pasado) dejo que rezume sólo lo verdaderamente importante en este portátil que cada día tiene menos espacio y más letras. He hecho limpieza. Me he encontrado con estas fotos recientes de tan sólo semanas atrás que descargué el lunes. De un plumazo lo he recordado todo. Y como es una de esas cosas verdaderamente importantes, la homenajeo.

Ésta se llama Brusca. Le pusieron ese nombre porque en sus primeros días era toda brusquedad, carácter que a día de hoy se ha transformado en pura armonía. Yo supongo que los primeros minutos devueltos a la vida te llenan de ira y brusquedad hacia el enemigo. Tenía escasos días cuando mi hermana M. y mi cuñado F. en un paseo por el campo escucharon unos ladridos quejumbrosos a lo lejos. Sus pies guiaron sus cuerpos a fuerza de estos sonidos repetitivos. Donde el corazón te lleve. Cuando encontraron el tesoro, lo desenterraron con la misma avidez que un arqueólogo desentierra con las palas de sus manos su pieza más ansiada y lo hicieron hundiendo sus dedos en una tierra mojada de tanta lágrima junto a otros tantos cachorros. Entraban en la palmas de sus manos. Sus huesos aún de arena se deslizaban ante un leve viento. Cualquier lluvia hubiera sido una tormenta de cuchillos en sus cuerpos. Todos eran hermanos o eso parecía en un primer momento. Sólo tuvieron tiempo de devolver la vida a dos de ellos. Brusca y Baba. A éste le bautizaron Baba porque babeaba no sabremos nunca si por el ansia de querer beber más vida de la que le otorgaban sus verdugos o porque sencillamente babeaba como lo hacen los recién nacidos o qué sé yo, quizá lo hacía mojado con las eternas lágrimas que caían desde el cielo, un cielo que no era más que la propia altura de los ojos de M. y F. Al resto menos a uno los desenterraron sin una brizna de aire en sus diminutos pulmones. Muertos todos. A ese uno lo sacaron echo pedazos, como si alguien le hubiera no sólo enterrado vivo sino golpeado con delicada pero certera fuerza aplastando los pocos días que arrastraba en ese saquito de pelo. Su piel tenía el color tenue de una brisa de aire finito que le envolvía sólo temporalmente. Tuvieron el tiempo suficiente para despedirse de él con todo su amor sin conocerlo. Se reunió a los pocos minutos con sus hermanos más recientes.

A Brusca y a Baba se los llevaron a casa envueltos en lágrimas. Los cuidaron, y de camino a casa enviaron apasionadamente a cadena perpetua a aquellas otras manos anónimas que mataron a toda su familia. Compartieron su vida durante cinco años y convivieron con ellos. Crecieron sanos, altos y fuertes como sanos altos y fuertes son M. y F. Pero hace un año Baba decidió marchar también. Se querían como dos gemelos así que Brusca volvió a quedar desolada. Ante la inesperada ausencia M. y F. multiplicaron su amor destinándolo a ella sola. Brusca superó la tragedia y hoy es el animal más feliz, más agradecido y más correcto que existe en la faz de la tierra. Gracias por ello. Gracias por vuestras manos grandes como palas y por vuestra condena a todas esas manos anóminas, mezquinas y crueles que maltratan o quitan la vida a estos maravillosos seres que son los animales. Quien es capaz de hacer algo así dice mucho de sí sin abrir la boca, sin movimiento alguno.

martes, 15 de julio de 2008

Un estallido de frescura

S. a veces me planta en la cara descubrimientos que me duran poco pero que me son intensos. En este paréntesis fresco que puede durar una semana abandono a mis queridísimos clásicos, no es infidelidad, siempre retorno, sólo que a veces me encanta dejarme llevar por el lado más fresco de la música. El último estallido en la cara ha sido Facto Delafé y las Flores Azules con sonidos llenos de matices y letras frescas. Grupo barcelonés cercano al hip-hopero con letras urbanas, sobre todo cuando se unen las voces para recitar algunos de sus versos con los que se contagia su fuerza y su sentido de ver las cosas. Me pone tristemente contenta.

Mar El poder del mar



Dices que vengo que voy
Que siento que escucho que pertenezco
Que sirvo para mucho que me estremezco
Que mi mirada es limpia suave brisa
Que sientes el deseo de tenerme cerca
Que te distancias por miedo a perderme
Que el barrio es más hermoso desde que aparecí
Que soy la flor que alumbra el jardín
El viento que se lleva la señora luna
Para que luzca el sol, mi amor
Hoy sólo quiero decir

Siento lo mismo por ti
El mismo sentimiento por ti

Que sí que sí que bien
Que me encanta escucharte
Adoro sentirte
Verte moverte y sorprenderte... de pronto
Haciéndote cosquillas en las rodillas
Que sí que sí que bien
Que me encanta escucharte
Adoro sentirte
El barrio es más hermoso desde que apareciste
Que hoy luce el sol en mi corazón
Mi niña mi amor mi rayo de luz
El camino que lleva a tu casa es mi alegría
La primavera ha llegado a la ciudad
Y no sabes lo bien que me sienta mamá
Los días tranquilos transcurren serenos
Tus pasos los míos peinando el sendero
Quién dijo que los muertos no iban a resucitar?
Hoy llego más puro que el agua mineral
Tu cara tu casa tus ojos sonriendo mi cara
La brisa la maana el sol por la ventana
La calma caricias tu respiración
Resuenan campanas desde el control
Las nubes en el cielo y pasa un avión
Dibuja una línea blanca algodón
Tu almohada tus ojos tu mirada
Estoy en tu casa adoro tu casa
Cambio de color
Pasa un avión traza una línea ahora de plata
De plata la medalla del subcampeón
Hoy gano tú ganas ganamos los dos
Hoy gano tú ganas ganamos los dos
Hoy gano tú ganas ganamos los dos
Esto no se para
Esto no se para
Esto no se para
Esto no se para
Esto no se para

Sólo palabras



Creo en la paciencia
Temo la palabra
Odio la mentira
Siempre por la espalda

Creo que te entiendo
¿Esto es lo que opinas?
¿Sabes lo que siento?
¿En tu pensamiento?
¿Crees en las promesas?
Son sólo palabras
Yo creo en los actos
El acercamiento
Bésame si miento
Dame tu saliva
Vives mi deseo
Siempre de escondidas
Aquí la palabra
En segundo plano
Sientes el aroma,
Vida; escucha, mira.
Veo la salida
Siempre afirmativa
Caminaré ciego, porque sé que miras

A-F-A-S-I-A

Dime con tus dedos
Que no habrá más peros
Que siempre seremos
Mientras nos toquemos
Luz entre las ramas
Seis de la mañana
Llegan los colores
Nacen las fragancias
Dime esa palabra
Que tus ojos cantan
Como fluye el viento
Como corre el agua
Entre las montañas
Bésame los labios
Tócame la cara
Que me tiembla el alma

Poseía poesía
Caminaba componía
Comparaba concentrada
Si buscaba encontraba
Contaba y cantaba

cantando hablando,
y quién canta aquí
tu a ella o ella a ti?
es un simple gesto,
quién lo siente
quién lo haría
un terrible amo
un magnífico criado
sientes lo que expreso?
espero que sí...

h-j-calma,
contemplad a las flores
que las flores bailan
que las flores bailan
que las flores bailan

sueñan que vuelan,
alas-almohadas
tantas hermosas...
sobran palabras

todo se inflama.
tantos tobillos...
te tengo atada
-dime cariño..-

creo que siento
que se nos para
críos que sueñan
sueñan que vuelan
alas-almohadas
tantas hermosas
sobran palabras

no tengo a donde ir,
así que iré a cualquier lugar
a cualquier lugar...
porque no tengo a donde ir...

lunes, 14 de julio de 2008

Amistad y gastronomía

Hoy he comenzado mi primer día de trabajo. Y aunque no considero esta ventana como trabajo alguno, aprovecho mi inicio laboral con la poca verborrea que aún me queda para ponerme al día con este Rascacielos. En el trabajo bien, con los más y los menos en los que los dejé hace ya tres semanas. Me han echado de menos, me han echado de más. Unos me dicen que estoy muy guapa (quemada por el sol), lo cual equilibra a aquellos otros que callan, por lo que nada excepto el vino y el cava se me sube a la cabeza, o quizá todo. En fin, que ese todo sigue igual de bien, igual de menos bien. Ese todo sigue sencillamente igual. La misma disposición en el trabajo aunque en agosto amplían nuestro rincón que cada día se ciñe más a nuestras caderas, estrechando nuestras mentes, nuestras ideas.
S. hoy marchó a Valencia. Me reencontraré con ella el viernes junto a G. y P. dos de nuestros ya grandes amigos para ver por última vez el mar en este verano raro. Hoy lo hablaba por teléfono con otra amiga del trabajo que me preguntaba dónde anduve. Lo interesante de unas vacaciones no es el lugar adonde llevemos nuestros cuerpos. A veces la sociedad te obliga a salir de viaje lejos, muy lejos para desconectar de un mundo que arrastramos con el único fin de sacudirte el invierno de la piel y disfrazarlo de una tez que no durará pero perdurará en tu mente. Eso sí, si no lo haces te tachan de qué sé yo, desde aburrida hasta mezquina, pero la verdad es que nada tiene que ver ni con el dinero ni con la manera de ver la vida. Creo que nos equivocamos, ya que la verdadera esencia de unas buenas vacaciones es estar con aquellos que más quieres, el lugar de destino es secundario, porque el destino está inmerso en nuestros cuerpos, los cuales son vehículos y han sido tan libres en estas tres semanas que hemos recorrido casi sin quererlo ciudades del norte más otras tantas del sur, a veces en casas de amigos otras de familiares, pero siempre junto a quien más quieres. Hemos estado con nuestras tres familias. Estuvimos con mi familia, con la familia de S. y hemos tenido tiempo de disfrutar hasta el infinito de nuestra tercera familia, que no son más que nuestros amigos más recientes pero también más antiguos, aquellos que crees que conoces desde toda la vida, donde sientes que hay consanguineidad además de afinidad. Hemos echado en falta a otros tantos pero este último par de días ha sido concéntrico.
Y este epílogo de vacaciones tuvo su culminación así, en este fin de semana. Nos fuimos de viaje a tan sólo 50 km de Madrid, porque cada vez que se sale de casa se sale de viaje, y eso sí, esta vez junto a todas esas personas que antes mencionaba, esa otra familia elegida por uno mismo, los amigos.

Ha habido buena conversación, buena compañía, y siempre en torno a platos elaborados con cariño, emulando sabiamente la cocina griega. Ha habido panes caseros hechos con todo el amor del mundo, vinos traídos en la espalda de un coche y cava para brindar siempre por la buena compañía bajo un sol de domingo radiante cuyos rayos mantenían unidos a todos los comensales.


Ha sido un finde lleno de naturalidad y de postres que endulzaban la parte más alta de nuestras gargantas, enamorándolas. Ha habido también animales que seguían su curso en el borde de los caminos, otros que convivían con todos nosotros. Ha habido también agua que, encerrada entre los muros de una cuidada piscina ha sido la hectárea de juegos de todos los que allí nos citábamos. Ha habido música recién hecha como aquel pan que mencionaba, donde sonaron violines, palitos de campo con un sonido hermosamente hueco, tambores rotundos, flautas afinadas y tantos instrumentos como manos teníamos.

El domingo fue aún más concéntrico si cabe, pues se sumaron otros tantos ya queridos. Han existido encuentros fortuitos, afinidades, niños maravillosamente ingenuos y puros, que son nuestro futuro más inmediato y que yo me empeño en insistir en cuidar con todas nuestras manos.
El enclave, de nombre mágico, fue perfecto y homenajeo con estas fotos al cocinero y a la que algo tuvo que ver con ese postre que no son sino P. y S. y por supuesto a todos los que por allí pasamos.

jueves, 10 de julio de 2008

Sin palabras

Ya estoy en casa y me acerco a este Rascacielos y aún no sé qué decirle. Necesitaba el calor de estas vacaciones pero también descubro que ese mismo calor ha derretido mis manos. Necesito tiempo para volver a disparar palabras, o esperar al invierno, o a la lluvia, o esperar a que se descuelguen desde la parte más alta de mis dedos, donde supongo que se me han congelado. Debo de ser lenta en este inicio de ejercicio. Lo contrario me sería imposible. Poco a poco, dedo a dedo. Y en la otra casa que es mi cuerpo todo bien, con S. como siempre. Sólo me falta volver, como siempre, para volver a disparar palabras, una y otra vez, y revestir de nuevo esta pequeña ventana.
* foto de internet que me parece se ajusta bastante a cómo se sienten mis palabras, al filo del gatillo.

miércoles, 2 de julio de 2008

El mismo vestido

Hace una semana entraba finalmente el verano en nuestras venas azules de frío. Aquel viernes fue mi último día en el trabajo. Me esperan tres semanas de vacaciones, bueno ya casi dos, y también de incertidumbre que coinciden como siempre con los días de S. Y hablo de incertidumbres porque este año no hemos preparado ninguna escapada aunque ya hemos hecho una...
Antes de conocer lo de las obras, de las cuales aún no se sabe nada, estuvimos en una agencia en busca de una Praga romántica pero en fin, tendremos que esperar a otro año. Así que hoy, último día de nuevo en Madrid, de la que me ausento de nuevo otros cuatro días, descubro desnudo este Rascacielos y antes de que vuelva a permanecer así de quieto, me aventuro a decirle algo para no olvidarme. Tengo pánico a no saber qué decirle, a no volver a escribir ni aquí ni en ningún otro lado. Es un miedo que me llega cuando mis dedos descansan y se alejan de la vorágine de las letras. Pero a la vez es como mi mal sueño, un destino funesto que no quisiera que llegara nunca, por eso, algunas veces, las menos, me obligo a escribir cualquier cháchara para que no se duerman estos temerosos dedos. ¿Qué más da de qué se hable? Tengo que ejercitarlos como el niño ejercita su mente con sus cuadernos de ejercicios de verano. Para que cuando llegue el invierno no le sea tan duro volver a la rutina y mi rutina es escribir.

En fin, que he aprovechado estos días aquí para organizar poemas que tengo sin clasificar y que nadan desperdigados por el escritorio de mi pantalla. He retomado mi mundo de poesía, me he iniciado en vestir de lujo un par de cuentos que tengo aunque creo que nunca los sentiré concluidos. Hemos estado en Valencia disfrutando de familias y sobrinos. Hemos nadado y buceado junto a esos dos pececillos pequeños. Hemos tomado mate para recordar a nuestros amigos viajeros, ahora mismo lo estamos tomando... ahora mismo los recordamos.

Ayer estuvimos de nuevo en el Retiro, nos vestimos con bikinis, comimos allí, descansamos en la sombra, tomamos el sol, criticamos y descubrimos a maleantes que veíamos llegar, a los mirones también, mojamos nuestros pies en ese inmenso estanque lleno de peces inmensos, dimos de comer a los pájaros de nuestros preparados... Más tarde estuvimos en el Corte Inglés y me emperré con dos vestiditos muy bonitos, para equilibrar este mismo vestido del Rascacielos, y que por supuesto S. se adelantó a regalarme sin dilación para mi siguiente cumpleaños de agosto. Siempre me adelanta los regalos.

*la foto es de S. y el pie también (no es del mismo día pero sí es bajo el mismo cielo del Retiro)