Ayer noche, reorganizando fotos, renombrando archivos, poemas, textos perdidos que nadan en un escritorio cada vez más lleno, (hago este ejercicio casi cada semana), eliminando estupideces (nunca elimino fotos, son nuestro pasado) dejo que rezume sólo lo verdaderamente importante en este portátil que cada día tiene menos espacio y más letras. He hecho limpieza. Me he encontrado con estas fotos recientes de tan sólo semanas atrás que descargué el lunes. De un plumazo lo he recordado todo. Y como es una de esas cosas verdaderamente importantes, la homenajeo.
Ésta se llama Brusca. Le pusieron ese nombre porque en sus primeros días era toda brusquedad, carácter que a día de hoy se ha transformado en pura armonía. Yo supongo que los primeros minutos devueltos a la vida te llenan de ira y brusquedad hacia el enemigo. Tenía escasos días cuando mi hermana M. y mi cuñado F. en un paseo por el campo escucharon unos ladridos quejumbrosos a lo lejos. Sus pies guiaron sus cuerpos a fuerza de estos sonidos repetitivos. Donde el corazón te lleve. Cuando encontraron el tesoro, lo desenterraron con la misma avidez que un arqueólogo desentierra con las palas de sus manos su pieza más ansiada y lo hicieron hundiendo sus dedos en una tierra mojada de tanta lágrima junto a otros tantos cachorros. Entraban en la palmas de sus manos. Sus huesos aún de arena se deslizaban ante un leve viento. Cualquier lluvia hubiera sido una tormenta de cuchillos en sus cuerpos. Todos eran hermanos o eso parecía en un primer momento. Sólo tuvieron tiempo de devolver la vida a dos de ellos. Brusca y Baba. A éste le bautizaron Baba porque babeaba no sabremos nunca si por el ansia de querer beber más vida de la que le otorgaban sus verdugos o porque sencillamente babeaba como lo hacen los recién nacidos o qué sé yo, quizá lo hacía mojado con las eternas lágrimas que caían desde el cielo, un cielo que no era más que la propia altura de los ojos de M. y F. Al resto menos a uno los desenterraron sin una brizna de aire en sus diminutos pulmones. Muertos todos. A ese uno lo sacaron echo pedazos, como si alguien le hubiera no sólo enterrado vivo sino golpeado con delicada pero certera fuerza aplastando los pocos días que arrastraba en ese saquito de pelo. Su piel tenía el color tenue de una brisa de aire finito que le envolvía sólo temporalmente. Tuvieron el tiempo suficiente para despedirse de él con todo su amor sin conocerlo. Se reunió a los pocos minutos con sus hermanos más recientes.
A Brusca y a Baba se los llevaron a casa envueltos en lágrimas. Los cuidaron, y de camino a casa enviaron apasionadamente a cadena perpetua a aquellas otras manos anónimas que mataron a toda su familia. Compartieron su vida durante cinco años y convivieron con ellos. Crecieron sanos, altos y fuertes como sanos altos y fuertes son M. y F. Pero hace un año Baba decidió marchar también. Se querían como dos gemelos así que Brusca volvió a quedar desolada. Ante la inesperada ausencia M. y F. multiplicaron su amor destinándolo a ella sola. Brusca superó la tragedia y hoy es el animal más feliz, más agradecido y más correcto que existe en la faz de la tierra. Gracias por ello. Gracias por vuestras manos grandes como palas y por vuestra condena a todas esas manos anóminas, mezquinas y crueles que maltratan o quitan la vida a estos maravillosos seres que son los animales. Quien es capaz de hacer algo así dice mucho de sí sin abrir la boca, sin movimiento alguno.
5 comentarios:
Hay cosas tan inexplicables como esas...
Es increible que haya gente capaz de matar y no tenga remordimientos.
Me imagino que sabrás la exposición que de una galería de arte en la que era una instalación donde un perro atado y sin poder huir de su penosa situación, moría por falta de comida y agua. Que esa idea se le ocurriera a un loco, ¡puede ser! pero que fuera consentida por más personas me asombra y apena. Por lo visto el "artista" ha sido invitado a otro país a repetir su instalación, evidentemente con otro perro. Y yo me pregunto:¿Cómo puede pasar algo así en el SXXI?
En fin, me alegra mucho leer noticias como estas.
Un abrazo
Nuria!!! hace mucho que no sé nada de tí!! Cómo estás? Al final no nos vimos. ¿Va todo bien? Veo que sigues escribiendo, eso es lo importante. Un abrazo muy fuerte
Hola Nuria:
Qué historia. Para llorar. Qué gran contraste de odio- amor, hay en ella; los verdugos y la dulzura, la bondad, la compasión, de tu hermana M y F.
Y por supuesto, Nuria, la forma de contar las historias como sólo tú,
sabes hacerlo.
Un abrazo,otro para Brusca.
Vuelvo al rascacielos como quien regresa a casa después de una ausencia no tan larga pero que parece interminable. Ya sabes bien de qué te hablo. Con los últimos acontecimientos no había podido leer esta entrada que hace que mi corazón se conmueva, ya que adoro los animales y considero un crimen todo aquello que suponga un atentado contra su vida y su felicidad. Malditos verdugos y benditos M y F.
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