lunes, 10 de marzo de 2008

La bañera particular

El mar es nuestra bañera de casa y nuestra bañera es el espejo del mundo donde nos miramos. Pero lo que nos corta y coarta dejando escapar la sangre es nuestra propia cuchilla de acero. Porque el mar fuera de los límites de ese mármol es dolor. Porque bregar en ese mar tan en los confines de nuestra bañera particular es a veces imposible, a veces es un sueño, un sueño inesperado. El sueño de sacar a navegar nuestro onírico barco de ideas en las aguas turbias de nuestra bañera. Mientras, la vida ausente, que no es más que nuestra muerte escapándose hacia nosotros, gota a gota, dejando la oscuridad a babor de los vencidos, mientras la lengua del barco respira y deja escapar el agua... Entonces, los huesos mojados escuchan bajo las aguas grises sus vientos de agua. Paisajes perfectos en una bañera.
Esta foto me trae a la memoria el cuadro de David, la Muerte de Marat, donde David pinta a Marat en el momento exacto de la muerte, aún sin ningún vestigio de sangre en su bañera. El brazo con el que estaba escribiendo cae pesadamente al suelo y la cabeza se desplaza hacia atrás por la inercia. Los labios entreabiertos expiran el último suspiro mientras su rostro pasa suavemente del dolor a la paz.
*foto sacada de la página www.caborian.com

1 comentario:

Gracia Iglesias dijo...

Bella foto. Tu reflexión sobre la bañera es bonita y surrealista, algo pesimista también. En esta imagen la bañera es más bonita que la del cuadro de David y aquí la mujer se alza y sosbrevive. Bañera-barco hacia el futuro.