jueves, 16 de abril de 2009

Otro trío perfecto: Vicky Peña, Echanove y Gas

No es necesario ser millonario ni medianamente adinerado para sobrevivir de letras en esta ciudad tan rota a veces. No es necesario para bañarte en ellas. Sólo se necesita abrir bien los brazos. Sólo se necesita otro tipo de hambre. Otro tipo de sed. Hambre y sed de cultura. De otra cultura. Esta semana es la Semana de la Cultura Catalana. Una compañera de trabajo me habló de que recitaba la actriz Vicky Peña, a la que fui a ver el año pasado con la obra Homebody Kabul. Cuatro horas de teatro en una segunda fila disfrutando de monólogos intensos de esta mujer hizo que sin más me decidiera a volver a verla, además esta vez, acompañada de letras y música. Así que el martes S. y yo fuimos al Teatro Español. Me encanta ir con S. a estos sitios porque yo me desmemorio en mi emoción y cuando llego a casa he perdido el rastro de aquello que prometí seguir. S. en cambio apunta. Apunta para mí, porque sabe lo que me gustará, ya que generalmente coincide con su criterio. Lo anota y ya en casa me lo lanza a mi memoria rota para arrancarla de la tristeza en la que se sumió ante aquellos olvidos imperdonables. A veces, a solas, recupero sus letras, sus líneas subrayadas en folletos o programas, que confirman sin duda mis inclinaciones y toda la memoria me vuelve de un plumazo ante ese golpecito ligero, como una bola de billar golpea suavemente a otra para alcanzar un efecto mariposa. En fin, que aquel día, tras reservar las entradas nos acercamos hasta para mí, una de las plazas más bonitas de la ciudad. Santa Ana. Recogimos las invitaciones y tras ver rostros afamados nos metimos en el teatro. La hora y media siguiente fue todo un disfrute para los sentidos. En voces de la maravillosa Vicky Peña, Juan Echanove y Mario Gas, descubrí tremendas manos de poetas catalanes. A algunos los he leído pero descubrí otros tantos. Mi verdadero hallazgo: Maria-Mercè Marçal. Todo ello acompañado al piano con las magistrales manos, a veces puños, de Carles Santos.

MORIR, quizá tan sólo
perder forma y contornos
deshacerse, ser chupada
hacia dentro del útero vivo
matriz de dios
madre: desnacer

II

Carnívora de tu, no sé com enyorar-te.
T´he fet carn de la carn, t´he menjat
i he escopit
la teva por corcada, com els ossos als cans
-aquest cans que ara udolen,
glaçats, la teva mort.

No sé com enyorar-te, no sé com estimar-te
ara que la mort deixa
que et pugui dir de tu.

(Desglaç)


CARNÍVORA de ti, no sé cómo añorarte.
De carne te he hecho carne, te he tragado
y he devuelto
tu miedo carcomido, como a los perros huesos
-los perros que ahora aúllan,
fríos, en tu muerte.

No sé cómo añorarte, no sé cómo quererte
hoy que la muerte deja
que te trate de tú.

(Deshielo, traducción de Clara Curell)
Maria-Mercè Marçal


UN DÍA ESTARÉ MUERTO...

Un día estaré muerto
y aún quedará la tarde
en la paz de los caminos,
en los verdes sembrados,
en los pájaros y el aire
quietamente amigo,
y en el paso de esos hombres
que desconozco y que amo.
Un día estaré muerto
y aún quedará la tarde
en los ojos de la mujer
que se acerca y me besa,
en la música antigua
de cualquier tonada,
o aún en un objeto,
el más íntimo y claro,
o puede que en mis versos.
Decidme qué prodigio
hace a la tarde tan dulce
y tan intensa a la vez,
y a qué prado o a qué nube
he de atribuir mi gozo;
porque me sé perdurable
en cuanto me rodea,
y sé que alguien, en el tiempo,
conservará mi recuerdo.

De "Palabras al viento"
Versión de Adolfo García Ortega
De Miguel Martí i Pol

2 comentarios:

Sintagma in Blue dijo...

M. M. Marçal, esa maravilla...

Isabel Mercadé dijo...

Me alegro de que tuvieras otro día perfecto y de que descubrieras a Mª Mercé Marçal, esa maravilla, como dice Pura Salceda, que hace ya tanto tiempo que se fue...
Una abraçada, bonica.