Poco a poco El pez místico va haciéndose materia hermética. Poco a poco va adquiriendo esa otra solidez más maciza en mis manos. El jueves recibí las primeras pruebas no sólo de cubierta sino de interiores de este místico resbaladizo. Tras algunos días de idas y venidas en el aire inquieto, y sin llegar a soltarlo aún a la incertidumbre de ese aire, lo sacarán de su país de agua para entrar en máquinas, en imprenta. Treinta solitarias jornadas tardarán en gestarlo, etapa para él de aprendizaje sin agua, pero también momento en el que respirará con plena autonomía en Otromundo (es que me encanta ese neologismo de Gelman). Aquí vivirá su primera metamorfosis. Lo echaré a Mundar (de nuevo Gelman y sus neologismos) a finales de abril, mes de lluvias y bienes que no consentirá muerte alguna. ¿Cómo sobrevivir sin agua en nuestro mundo? En fin, espero que ese agua le venga dada de vuestras manos. En ellas, pues, cuando el mundo mayee.
Olifante lo salva de la quema, de una muerte en agua, un bello elefante en una selva negra. Tuvo que ser un elefante o cuerno de marfil, ¿qué más da? quien desterrara del agua a este pez para cubrirlo de esta tierra y este barro en el que habitan nuestros pies. Otra vida más allá de la periferia de mis manos. Tendré que maridar este pez con mi geometría fiel.
hay un pez en mi sexo
bestia crionizada de cuerpo típico
que se arrastra por mi légamo más interno
el nitrógeno quemó los meridianos
que antaño circundaron tu cuerpo,
y ahora, bestia helada,
quieres acordonar mi sexo
(El pez místico, Olifante 2009)
1 comentario:
Susurro:
(ví tu llamada, estoy desencontrada, tienes la banda sonora de Caótica Ana, no creo que pueda pisar Madrid hasta mayo, ahora soy actriz también, lalala, os echo de menos, besos. Stop.)
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