miércoles, 25 de febrero de 2009

Mi Berio antiguo

Lo he encontrado por casualidad. Como se encuentra todo lo importante en la vida, por casualidad. Buscando más sobre mi Berio antiguo, aquel que me sitió hace ya más de 20 años, me he topado con esto, Sinfonia, algo tan extremadamente familiar que podría haberme transportado al pasado, a mi habitación en la casa familiar, a mi habitación a solas, a aquellos cascos cuasi-profesionales destinados sólo a mis oídos, a mis encierros de adolescencia voluntarios, a mis implosiones juveniles, a cuadernos blancos sobre una mesa, dispuestos siempre a ser pisados por el antaño animal salvaje de mi puño. Demasiado joven para trastear en ordenadores haciéndome soltar las letras como el que salta por los aires... Todas estas músicas que redescubro en el moderno Youtube calman mi ansia de encargar la conversión de mi colección de cassettes, que es amplia en cds. Berg, Berio, Berberian... en la B. Penderecki, Purcell, en la P. Schöenberg, Stravinski, Shostakovich, Satie, Saens.. en la S. Y así infinitamente. En fin, que tras el concierto de las Folk Songs del otro día con S. y sin abandonar por supuesto a mi ya querido y perfecto Johannsson, definitivo en mis oídos, he profundizado -mejor dicho, recordado- mi Berio más vocal. Me he encontrado con esta proposición de 8 voces amplificadas. En cuanto han sonado las primeras voces le he gritado a S. ¡Oh Dios mío!, esto es justo lo que buscaba inconscientemente mi corazón pero que mi cerebro no recordaba. Esa música, por llamarlo de alguna manera ha vuelto a conquistarme. En esta obra las voces no son utilizadas en la forma tradicional, ya que además del típico canto entonado, las voces recitan, susurran y gritan palabras a veces de Lévi-Strauss, de Beckett, de mi también indestructible Mahler y de otros tantos que seguro me dejo.

En uno de estos movimientos, Berio se basa en el tercer movimiento de la Sinfonía nº 2 de Mahler (también he hablado aquí miles de veces de ella) y consigue que la orquesta proponga otra versión con pequeños cortes de ese conocido movimiento. Al tiempo, las voces recitan y recitan los textos mencionados mentras la orquesta nos recuerda obras clásicas, como La Mer de Debussy, el valse de Ravel, o del también mencionado Boulez.

El resultado es éste: un relato que sí, claro que lleva la típica tensión y distensión de la música clásica, pero que usa un lenguaje completamente diferente. Atonal de nuevo. Acordes y melodías reales que pareciera que nunca superaran el bellísimo fragmento de Mahler.
A este movimiento se le conoce también como "la deconstrucción de la Segunda Sinfonía de Mahler", -palabra tan de moda hoy día-. Del mismo modo que se supuso a veces otra deconstrucción la voz de la Berberian, hecho comprobable más abajo.

Los movimientos son:
I
II. O King (Immobile e lontano)
III. In ruhig fließender Bewegung - attacca:
IV.
V.
Sólo el 2 y el 3 llevan título.

Como siempre, intentad escuchar hasta el final.
Todo un prodigio tímbrico. Qué desfragmentación. Qué rico material vocal. El espectro de Mahler.
Para que veáis mi grado de obsesión, confieso que hoy me he pasado casi seis horas escuchando sólo esta pieza. Al otro lado, Johannsson, ¿quién si no?



2 comentarios:

Daniel Yanez-Gonzalez dijo...

Claro, amiga, cuando le permitimos al corazón que cumpla la función de cerebro las joyas salen y se encuentran automáticamente.

Gracias por los videos y texto.

Paz y La Canción de la Tierra.

Daniel.

Gracia Iglesias dijo...

Es intenso y muy contemporáneo. Siempre me gustan estos descubrimientos, aunque confieso que me inquieta demasiado; no sería capaz de escucharlo durante seis horas seguidas.
¿Ya no pasas por mi vals? Hace mucho que no dejas tu huella en él.