sábado, 31 de enero de 2009

Alimento para mis vacas

* dibujo de Zabaleta.
Dos nuevos puntos me interesan más que antes para alimentar mis vacas. El Rastro de Madrid y La Casa de la carne, antigua carnicería hoy convertida en la tienda del diseñador Carlos Díez.

Una oscura leyenda atribuye el nombre de El Rastro a la sangre que dejaban los condenados a garrote vil ejecutados públicamente en este lugar.
Pero es otro el origen de la palabra Rastro que más me interesa, y que mantiene que, con toda probabilidad, se refiera al hecho de que las reses dejaban un rastro de sangre después de ser degolladas y vendidas al por mayor. Que debe su nombre al viejo matadero y a la marca de sangre de las reses. Un matadero donde los despojos de las reses se sacaban a rastras para cargarlos en los carros, descuidados, por lo que en el suelo quedaba inevitablemente manchado con un gran rastro de sangre. Lo que ayer fue rastro de sangre de vacas, hoy es reguero de turistas.

La Casa de la carne es la tienda temporal del diseñador Carlos Díez Díez. Cámaras frigoríficas antes dedicadas a mantener fresca la carne y congelar la sangre hoy esconden algunas de las prendas de su próxima colección. De pinchos y ganchos con un fin bastante más conmovedor en el pasado, de donde descendían cabezas de vaca, hoy se descuelgan zapatillas diseñadas de colores nuevos. ¡Qué despropósito y a la vez que atractiva esa otra sangre!




Y mi último alimento para estas vacas es una citaq de Paul McCarnety que encontró S. el otro día y me la escribió para leérmela más tarde. "Si los mataderos fueran transparentes, todos seríamos vegetarianos...

7 comentarios:

Jara Silberia dijo...

... en mi caso fueron transparentes... no como carne desde hace más de 12 años. Así pues, mi amén a diseñadores como Díez.

Isabel Mercadé dijo...

No sé qué tiene de mágica esta tu búsqueda sobre vacas. Aunque a mí nunca me han atrapado la atención como a ti, me encanta seguir tu proceso y vengo en cuanto veo que has puesto algo nuevo.
Un abrazo.

Concha dijo...

Hola, Nuria!

pues es una versión de Omara Portuondo e Ibrahim Ferrer, canataban en el Buenavista Social Club, ¿te acuerdas?

A mí también me tienen atrapada :-)

Un beso hermoso *

Concha dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sergio dijo...

los mataderos serán transparentes el día en que la propia muerte también lo sea.

bisou.

nuria ruiz de viñaspre dijo...

Jara
Yo los veo todas las noches transparentes.

Isabel
Ando en un nuevo trabajo Tablas de carnicero. Y todo lo que directamente o indirectamente tenga que ver con esto me interesa para seguir y seguir producciendo como los olivos.

Petunia
Gracias. Me encantan. Entrañables.

Emigrante S.
Ese pensamiento me ha punzado, pues aún tardará en mostrarse la muerte un poco más transparente al ojo humano. Sólo es transparente curiosamente para los animales. Qué sarcástico no?

Gracia Iglesias dijo...

Curiosa la historia que cuentas sobre el Rastro. La verdad es que nunca me había preguntado por su nombre, pero me gusta mucho conocer esas historias o leyendas sobre las ciudades.