sábado, 3 de enero de 2009

¿El informe Kinsey o Rouco sin papeles?

Ayer, en esa hora ya de charla, a la que incialmente arrastro mi cuerpo con una inicial pereza pero de la que luego me cuesta salir, en esa hora de rehabilitación donde sigo acudiendo para soldar mi hombro, y donde también soldamos la mente, la conversación se centró en un momento en los "peligrosos" -a mi modo de ver- encuentros de familias de Rouco Varela que tienen lugar en Colón y con ello la escueta mención de F. mi fisioterapeuta del famoso y lapidario informe Kinsey -que yo ya conocía-, una mención con la que de golpe llevó la razón a su campo.
"Familia cristiana" rezan las pancartas sujetadas por fervorosos católicos en un acto que pretendía ser un alegato a favor de una familia "normal". Pero con la exclusividad de "una familia fundada en el matrimonio, comunión indisoluble del hombre y la mujer" y con rotunda exclusión a las uniones o matrimonios homosexuales. Lo que excluye limita, así que considero a estas miles de personas con pancarta en mano seres de mentes limitadas e irreales, donde sólo parece válida la vida tal y como ellos la plantean, y no contentos con esto, critican y rechazan todo lo que se aleje de esas premisas. Qué limitación la escuadra de sus mentes.
La pena -de nuevo a mi modo de ver- es que entre los asistentes había muchos niños, algunos acomodados en sus carritos, absorbiendo sin saberlo una contra-educación que les desin-formaría en un futuro con la misma limitación que hay en el agua de una pecera, en luga de ampliar sus futuros viajes por el océano de la vida. Y yo pensaba: los niños, los niños, que son nuestro futuro. Habría que tener tanto tanto cuidado a la hora de inculcarles una educación... Habría que tener más esmero es plantar frases como ésta porque más que dar salud, matan: El lenguaje de la creación es claro e inequívoco respecto al matrimonio: un varón y una mujer, el esposo y la esposa que se aman para siempre y ¡dan la vida Me pregunto si serán así de literales en todos los campos de su vida. Me pregunto si en aseveraciones como ésta consideran las vidas del resto que no cumple estas premisas, indigna, ilícita, insana y hasta he llegado a oír que todo un crimen.

En 1948 Alfred Kinsey realizó con su equipo 18.000 entrevistas y publicaron "El comportamiento sexual en el hombre", y en 1953 publicaron "Comportamiento sexual en la mujer" en 1953. Tienen que ser libros impresionantes, por un lado fríos, estadísticos y con metódicas tablas y números, pero a la vez con una interesante información sobre algo tan poco matemático como las conductas sexuales más habituales. Nacía así el informe Kinsey , la primera encuesta científica masiva acerca de las conductas sexuales humanas.

Sobre la base de más de 5.300 entrevistas personales con hombres de raza blanca, Kinsey llegó a una serie de conclusiones acerca de la homosexualidad:

El 37% de los hombres entrevistados experimentaron alguna vez un orgasmo homosexual a partir de la adolescencia.
El 13% de los varones sintieron deseos homosexuales, sin que se produjera por ello contacto físico alguno.
El 25% de ellos tuvieron experiencias homosexuales no incidentales entre las edades de 16 a 55 años.
El 18% mantuvieron igual número de relaciones heterosexuales que homosexuales durante un período mínimo de 3 años, entre las edades de 16 a 55 años.
El 10% tuvo una conducta estrictamente homosexual durante un período de 3 años como mínimo y entre las edades ya reseñadas.
Un 4% manifestaba una conducta estrictamente homosexual durante toda su vida y ya manifiesta durante la adolescencia.

Por lo tanto, LA HOMOSEXUALIDAD EXISTÍA EN TODOS LOS NIVELES SOCIALES Y OCUPACIONALES.

De su trabajo de 1953 sobre el Comportamiento sexual en la mujer, Kinsey realizó 5.490 entrevistas a mujeres de raza blanca de las cuales se deduce que:

Un 13% de mujeres habían experimentado algún orgasmo homosexual a partir de la adolescencia.
Sólo un 3% de las mujeres habían sido predominantemente homosexuales durante un período de 3 años como mínimo.
Las mujeres, en contraste con los hombres, no solían ser promiscuas y tenían sus relaciones homosexuales sólo con 1 ó 2 compañeras en el 71% de los casos.

Por lo tanto, LA HOMOSEXUALIDAD EXISTÍA EN TODOS LOS NIVELES SOCIALES Y OCUPACIONALES.

Resumiendo. Estos resultados llevaron a Kinsey a confeccionar la Escala de Kinsey sobre la heterosexualidad-homosexualidad, donde el grado 0 manifestaba una heterosexualidad completa sin ambajes y el 6 una homosexualidad exclusiva y dominante. Aún así, su estudio demuestra que la mayoría de las personas se encontraban dentro del número 1 o 2 en su escala. Esto es, que el número 0 en esa escala, es decir, heterosexualidad compleja sin ambajes, prácticamente no existía.

Por lo tanto, insisto, LA HOMOSEXUALIDAD EXISTE EN TODOS LOS NIVELES SOCIALES Y OCUPACIONALES.

Las conclusiones que se extraen de la obra de Kinsey diferían radicalmente de la apreciación que se tiene de la homosexualidad como fenónemo minoritario: la mitad de los varones de la muestra habían tenido al menos una experiencia homosexual (a nivel físico o de fantasía), aunque era muy frecuente que hubieran tenido más de una, o incluso una vida homosexual exclusiva (4%). Por tanto, este tipo de sexualidad no era excepcional, lo que venía a indicar que la homosexualidad en sí no era un índice de patología mental, ni ninguna aberracción, ni ninguna otra enfermedad, y que la mayoría de homosexuales masculinos y femeninos se identifican con su propio sexo, al contrario de lo que a menudo se considera en cuanto al afeminamiento del varón o la masculinización de la mujer.

Partiendo de todo esto, parece confirmarse que la sexualidad, querido Rouco, es mucho, mucho más compleja de lo que se cree. Así que convendría no hablar ya de dos grupos de personas, "los normales" y el resto, los "no normales", los lícitos y el resto, "los ilícitos", los sanos y el resto, "los enfermos". Existen los matices. El mundo es mucho más cromático. Más bien deberíamos plantear así la sexualidad humana, como una senda compleja y cromática que recorre esos extremos que van desde la heterosexualidad exclusiva hasta la homosexualidad exclusiva. Ya que la mayoría de los individuos, tras este estudio, estarían en los estratos intermedios de estas dos tendencias. Incluso me atrevería a decir que también entrarían en este estrato muchos de esos padres o madres de hijos, todos ejemplares. Probablemente es la sociedad la que por medio de la educación y los modelos presiona más, para que los individuos que no se encuentran en estos extremos, y acepten de forma incuestionable su papel como heterosexuales. Supongo, como lo hablaba yo ayer con S. ya en casa, que si viviéramos guiados exclusivamente por nuestro instinto, es decir, lejos de sentirnos presionados por esa sociedad "ejemplar" que plantea Rouco, habría muchas más personas que se encontrarían en ese extremo de homosexualidad. Me atrevería a decir, como también garantizan otros tantos estudios sobre el comportamiento humano, que todos nacemos con una bisexualidad innata en cierto sentido, con esa ambigüedad. Quizás se trate de una teoría simplista, pero parte de la base de que nadie es cien por cien heterosexual ni cien por cien homosexual. Pero todo esto, a pesar de ir con estadísticas de la altura de Kinsey, es sólo a mi modo de ver. Y siguiendo con mi manera de concebir todo esto, ante todo somos eso que vemos. Personas.
Por lo tanto, la piedra filosofal se llama Escala de Preferencia Sexual de Kinsey.

Por cierto la película se titula Kinsey (2004) del director Bill Condon y con Liam Neeson.
También he encontrado un reportaje de un prestigioso oncólogo italiano UMBERTO VERONESI, candidato al Premio Nobel, es muy interesante y se titula El mundo del futuro será bisexual. Deacuerdo con ese estudio futuro, se hace necesario un cambio de esos patrones de familia que impone Rouco. Puede que los bisexuales de hoy sean el modelo culminante del mañana. Evolucionemos, no involucionemos.

*los datos estadísticos ha sido sacado de fuentes de información.

Esta entrada parece una campaña de animación a la lectura. Siento la longuitud. Pero en fin, siempre somos libres de seguir o no seguir leyendo.

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