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sábado, 27 de octubre de 2012

el color de pilar pequeño en valencia

“color” de la fotógrafa pilar pequeño 
en valencia

La exposición estará hasta el 15 de enero de 2013 en librería railowsky

pilar 2001. © Carmen Pequeño
En la inauguración contaremos con la presencia de la fotógrafa, recientemente galardonada con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Podéis aprovechar para que os firme o dedique alguno de sus libros.
Hace unos años pudimos disfrutar en Railowsky de sus creaciones en blanco y negro. Ahora nos muestra sus nuevos trabajos de flores y frutos en color. Para ilustrarlo os transcribo un pequeño extracto de la introducción de su último libro.

El Color
En su camino se cruzó, como en el de todos los profesionales, la revolución tecnológica, los nuevos rumbos de la fotografía. Y eso en ella supuso un cambio sustancial: por primera vez, ha dado cabida al color en su obra. Un cambio deglutido, asimilado, reinterpretado. Hecho propio. Recreado.

El color de Pilar Pequeño es, siéndolo, un color que no parece color… Un color que va más allá del cromatismo que solemos percibir el resto de los mortales. Un color poético y emocionante al que ha aplicado todo lo que ha aprendido a lo largo de su dilatada experiencia.


María Ángeles Sánchez

*Fragmento del libro “Pilar Pequeño” editado por Lunwerg en 2010.


martes, 6 de diciembre de 2011

el salto de y hacia la literatura

abocada a la música, que es literatura, y al arte de la fotografía, que es literatura. alejada por tanto de la literatura que hay en la literatura, no intrísecamente pero sí presencialmente alejada de la literatura... si una se pudiera alejar en algún momento de la literatura, cuando siente que todo, hasta un largo paseo por el jardín de las delicias, es literatura


últimos descubrimientos
Greta Garbo. Observados. Voyeurismo y vigilancia (Fundación Canal)
Otras miradas. Fótografas en México (Casa de América).  Rosa Harvan - Forgotten village
Charlotte Player. Espacio Valverde
Joan Colom, El Raval (Sala de exposiciones San Benito, Valldolid)

martes, 16 de agosto de 2011

cgr en cba

Anonimato. Magia. Realidad. Pensamiento plástico. Movimiento. Antropología. Seducción. Misterio equino. Cotidianeidad. Animismo. Transfiguración. Transformación. Trans. Trans. Trans. Más allá de... Al otro lado. Cristina García Rodero -fotógrafa del movimiento de lo inmóvil- ofrece todos estos apelitivos en su Transtempo. Inalcanzable describir su arte "cotidiano" con palabras. Su obra estará en el Círculo de Bellas Artes hasta octubre. El otro lado de este Transtempo, este in-temporal término, Galicia. Galicia re-estructurada en ojos de la fotógrafa. El ojo-Rodero tiene un halo especial, tiñe con su blanco y negro la realidad más cercana que no se ve de lo real que es. Las particulares imágenes de una Galicia repleta de religiones, rituales y mitos paganos. Pudiendo centrar ese ojo en la naturaleza gallega que parece sacada de otro mundo, en edificaciones rurales que se agrupan en las orillas de los ríos, esta geógrafa de los sentimientos, dirige su mirada hacia un "yo anónimo y a la intemperie" y cuyo techo son sus propias pieles. Y todo ello subida al vehículo de la sencillez -porque en la sencillez reside la profundidad-, siendo su motor, la emoción en plena combustión. Ya lo dijo Lisette Model: me interesa la superficie, porque la superficie es el interior.
Pienso que la consecuencia de su mirada, el objeto final al que llega, requiere largos minutos de observación para empatizar con aquello que antaño vio o vivió. En Rodero no creo que existan personajes principales y secundarios, tanta importancia tienen los unos como los otros, a veces incluso los secundarios a grandes zancadas llegar a ser principales protagonistas en la historia y viceversa. Hasta lo invisible es visible. Lo inaudible en ella se escucha. Y lo intocable se toca, porque su arte es ante todo, palpable, dando latido hasta la más bella inmundicia inanimada, y donde un estercolero bajo su mirada, puede llegar a ser un paraíso extraño y extrañado. A mí me gusta detenerme durante un tiempo más extendido del estrictamente requerido ante sus fotografías, siempre descubre una algo que tocar y que a primera vista le pasó inadvertido. Todo, hasta el más ínfimo detalle adquiere una importancia vital una vez descubierto.

Manuel Rivas, en la introducción del catálogo de la exposición, dice: cada foto “concierta un nuevo acuerdo, un nuevo relato, entre la mirada y el tiempo, un tiempo extra, un transtiempo”. Las fotografías reunidas aquí, fruto de más de 30 años de trabajo en diversos lugares de Galicia, que abarca hasta el mismo 2010, muestran una sociedad que expresa el éxtasis y la alienación en el paroxismo de la ritualidad de las fiestas y de las tradiciones y en la catarsis de las celebraciones religiosas. Enseña sin pudor el dolor de la pérdida y de la enfermedad, la alegría de las verbenas y las romerías, la transgresión de los carnavales, las tragedias, ya cotidianas, de los incendios forestales. La cultura enfrentada a la naturaleza. La miseria frente a la belleza. La vida contra la muerte. Sin saber bien dónde están unas y otras.

En 2009 se convirtió en la primera fotógrafa española admitida como miembro de pleno derecho en la prestigiosa agencia Magnum y, a lo largo de su carrera, ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Fotografía (2006), el Bartolomé Ros de PHotoEspaña (2000) y el World Press Photo (1993, 1997 y 2008)

Con esta fotógrafa hay que abrir bien el ojo... no tardará el mío en ir a verla.

jueves, 7 de julio de 2011

escultura de vértice

no se puede mirar fijamente ni al sol ni a la muerte Canetti
(El libro de los muertos) 

Otro punto de vista. Estaño. Mujer. Cobre. Hombre. Muerte. Cristal. Zinc. Equilibrio. Elementos que interactúan en un juego químico de bañeras. Alrededor de y para ir a. Qué trampa fue aquella rotura espacial, agujero al mundo y del mundo por donde un día resbalé. Y caí. Orificio de pisos por donde me abrí construida de aliento y vena, y donde tú, impávido, llorabas el agua viva junto a un espejo que ni siquiera rezaba tu nombre. Trazaste arquitectónicamente tu sentencia. Y cumpliste el legado de buscar lo perdido. Viajar al Mundo Nuevo a orinar haluros de plata para complementar el hierro decaído del que huye. Y así, huido, como un colador planetario sin más equipaje que ese fardo de ideas altas a tu derecha, me dijiste: “-Me coseré a la tira de tu carne con cuantas oraciones me consienta el verbo. Seré tu partícula de epítetos en ese azar de altura”. Pero en el viaje, llegaste al origen del final. Vértice del gancho desde el que te gritabas suicido o nada. Después, bajo la piel de tu pisada, que fue la mía, la conspiración abierta de la nada mundial. Y tras esta nada, la otra nada. Llanura al fin en tu cerebro... Fuiste la escultura rechazada que desoyó la zona de riesgo. El naufragador solitario que sostuvo la nocturnidad, la inmortalidad de lo muerto, el nihilismo de cómo dejar de ser tú por ti, límite entre mi nada y la heladora nada. Mientras tanto, el agua fue tu plaga. Cristal que como materia fónica acontecía tan sensiblemente a tu luz solar. Volviste repatriado por el fulgor del agua, como si fueras un hermético saco amniótico de un vidrio blanco que de repente, te fue asfalto. Y cicatrizaba. Cicatrizaba. Cicatrizaba.

nuria ruiz de viñaspre/ reflexiones sobre la obra El testamento de david garcía torrado

miércoles, 23 de febrero de 2011

l’homme qui ne marche pas

esclavos del mundo
con nuestras mortales muñecas
atadas a aquello que amamos
que lenta muerte no caer
y desasir las desgastadas
de terrenales ligaduras
los pájaros viajan con viento bajo sus alas
sólo viento
viento atrapado

escravas do mundo
com as nossas mortais bonecas
atadas ao que amamos
que lenta morte não cair
e soltar as desgastadas
de terrenas ligaduras
os pássaros viajam com vento sob as asas
apenas vento
vento apanhado

poema del libro ahora que el amor se me instala
© nuria ruiz de viñaspre
traducción al portugués: © alberto augusto miranda
foto: L’homme qui ne marche pas, 2009, © Elmgreen & Dragset
Galería Helga de Alvear en la feria ARCO 2011 en Madrid

viernes, 9 de julio de 2010

alféizares y suicidas

El otro día S. llegó del trabajo y me preguntó de sopetón si me gustaba la palabra "alféizar", y yo con la misma rapidez con la que me lanzó esa flecha le contesté que adoraba ese significante. Hay palabras que una no sabe por qué pero sencillamente adora... a veces me da por pensar que incluso los significados de todos esos vocablos amados no existen ante tal atracción fatal. Yo tengo muchas en el oblicuo diccionario de mi cerebro, y a veces las fuerzo a que salgan.

S. acabó diciendo que atracción fatal también era la que sentía la mente más demente por esa palabra. Palabra de locos (entre los que me incluyo si sigo esa teoría)... quise decir, palabra de honor... Que había leído no recuerdo dónde que se había hecho un estudio en determinados campos profesionales sobre qué personas incidía más esa palabra. Bueno pues el campo con más sujetos con una clara predilección por esta palabra era el psiquiátrico, pero no eran sus médicos, psiquiatras o cuidadores los amantes de Alféizar, sino los pacientes, aquellos seres tan pacientemnete locos. los des-uniformados. los des-nudos. los des-nutridos de ideas, los des-cerebrados. Me pareció curioso porque yo me pregunto ¿es esa una gran aseveración o es que estamos todos un poco locos?

Me pregunto porqué titulo estas letras como alféizares y suicidas, si estoy hablando de alféizares y locos ¿Es acaso un desencadentante en los resortes de mi cabeza relacionar la palabra loco con suicida? El suicidio es en muchos una idea persistente, en otros un pensamiento fugaz y en una buena parte de nosotros esa idea incluso no aparece, aunque puede que sí la palabra alféizar, porque es bella como el vacío. Cuanto menos se piensa y menos se cavila, menos aparece ese significante que tiene tanta altura, pero y su significado ¿también desaparece en esas mentes si no pensaran?

y ahora recuerdo una teoría griega, en la que mantenían que pasear aquietaba los pensamientos más indómitos, ya que con pasos lentos, la respiración y con ella los pensamientos tomaban la misma velocidad, esto es, la des-velocidad de aquellos pasos lentos. Todo se aquietaba. ¿O fue Krishnamurti, aquel pensador hindú, que maquinaba todo esto en uno de sus paseos? en fin, que me pregunto si no son paseadores acérrimos los casados con esa mujer demente... un paso detrás de otro paso detrás de otro y detrás de otro, así hasta que anochece....

más de Szymborska
La habitación del suicida

Seguramente crees que la habitación estaba vacía.
Pues no. Había tres sillas bien firmes.
Una lámpara buena contra la oscuridad.
Un escritorio, en el escritorio una cartera, periódicos.
Un buda despreocupado. Un cristo pensativo.
Siete elefantes para la buena suerte y en el cajón una agenda.
¿Crees que no estaban en ella nuestras direcciones?

Seguramente crees que no había libros, cuadros ni discos.
Pues sí. Había una reanimante trompeta en unas manos negras.
Saskia con una flor cordial.
Alegría, divina chispa.
Odiseo sobre el estante durmiendo un sueño reparador
tras las fatigas del canto quinto.
Moralistas,
apellidos estampados con sílabas doradas
sobre lomos bellamente curtidos.
Los políticos justo al lado se mantenían erguidos.

No parecía que de esta habitación no hubiera salida,
al menos por la puerta,
o que no tuviera alguna perspectiva, al menos desde la ventana.

Las gafas para ver a lo lejos estaban en el alféizar.
Zumbaba una mosca, o sea que aún vivía.

Seguramente crees que cuando menos la carta algo aclaraba.
Y si yo te dijera que no había ninguna carta.
Tantos de nosotros, amigos, y todos cupimos
en un sobre vacío apoyado en un vaso.

*fotos: francesca woodman

francesca woodman antes de suicidarse, en una carta a un amigo de la escuela, Sloan Rankin, escribía las siguientes palabras. “Mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando atropelladamente todas estas cosas delicadas…”.

puede que adorara la palabra alféizar, puede que no...

¡qué desbarro! pienso al momento de terminar estas letras..... llegar hasta aquí por una pregunta sin malicia alguna, curiosidad si acaso, ¿pero y a ti? ¿te gusta la palabra alféizar?

viernes, 2 de julio de 2010

adriana lestido, fotógrafa de los vínculos

El otro día estuvimos en la casa de américa. Había una exposición de Adriana Lestido dentro de PhotoEspaña. He leído que esta artista fotografía desde los sentimientos, desde los vínculos. Amores difíciles rezaba el título. Todas eran historias de amor. Fui con S. y unas amigas. .



* Mujeres presas (1991-1993). Las cautivas. Mujeres sin hombres. Primer libro de fotos de la autora, que se cierra con un dato:
“En Argentina, las mujeres presas pueden tener consigo a sus hijos hasta los dos años de edad. Luego pierden la patria potestad y es la justicia la que decide el destino de los niños. Algunos siguen junto a sus madres en la cárcel, hasta que son liberadas. Otros son entregados a familiares, orfanatos, o familias adoptivas temporales”.

* En Madres e hijas (1995-1998). En Amores difíciles, Lestido mira el vínculo entre madres e hijas sin distracciones. Durante tres años fotografió a cuatro madres y a sus hijas en sus actividades cotidianas. Mujeres que caminan juntas por la vida, sin hombres en la familia, no en vano la fotógrafa comenzó su trayectoria profesional en 1978, tras la separación de su marido.
Amores difíciles es un relato del largo aprendizaje de la separación, aunque las cuatro parejas de madres e hijas tienen escasos puntos en común, logró introducirse en ese lugar sagrado que constituye la relación materno-filial. Lestido primero muestra intencionadamente para después llegar a comprender el gran misterio de esta relación.

* Madres adolescentes (1989-1990).
El resto de las series plantean una temática distinta: Hospital infanto-juvenil (1986-1988), El amor (1992-2005) y Villa Gesell (2005). Datos de Casa de América

He encontrado este video de la también maravillosa Lila Downs con fotografías de Lestido.La muestra está hasta finales de agosto. Imprescindible











en otra planta de esa misma casa seguimos en esa exposición, S. en cuanto vio estas citas de dos de mis preferidas cogió la cámara y fotografió ese instante hecho palabras. Pizarnik-Lispector. Dos grandes

martes, 15 de junio de 2010

horror vacui

horror vacui en términos pictóricos es ese horror al vacío del artista, ese plasmar el mayor número de elementos en los marcos de un cuadro sin dejar aire al pulmón del propio lienzo. Esa densidad pictórica donde no hay hueco para más. Decorado profusamente por el artista es el único modo de protección que le salva del vacío. Un espacio donde una masa líquida se extiende por todos los límites. Supongo que es una especie de sobrecogimiento y angustia que sienten cuando se enfrentan a las posibilidades resplandecientes que les ofrece su materia prima, su mapa. Un sentimiento despertado por la propia fragilidad del sujeto.

La cópula no es más que el apoyo de la fuerza frente al horror vacui. José Lezama Lima

Ahora pienso en los innatos. Pienso en las madres de esos innatos. Los recién nacidos primero. Me sitúo en ellos, en su cuerpo. Algo parecido ha de sentir el recién nacido. Nacer es todo un instante traumático donde abandonamos el útero materno para enfrentarnos por primera vez al vacío. El recién salido, que una vez en la universidad llora desconsoladamente y sus manos, perdidas en el espacio y con el recuerdo de las paredes del útero en la coronilla de sus dedos, siente horror al vacío espacial, a ese alrededor al que no es capaz de agarrarse a pesar de sus largas uñas. ¿A qué agarrarse? el otro día vi una película Tocar el cielo. Ahí lo vi. En una escena una mujer da a luz a un niño, y él, aterrorizado por ese horror vacui, extendía las manos perdidas en el espacio universal nuevo y desconocido y sus lágrimas nos contaban lo huérfano y perdido que se hallaba. El padre le decía a la madre que tenía que tocar sus manos para que él encontrara algo a lo que agarrarse tras 9 meses agarrado a su útero. Me pareció hermosísimo. Como un estado de vértigo originado por una pérdida momentánea del equilibrio. Entonces pienso que el horror vacui debe ser algo así como la angustia de la transgresión del límite.

Igual de hermoso que ese otro término pictórico que da origen a esta reflexión. Y ahora pienso que incluso la madre también pudiera sentir ese horror al vacío una vez vaciada de su hijo. ¿Y quién no ha sentido a pesar de no haber sido madre ni entender de arte pictórico ese horror vacui? ¿a una respuesta en blanco? ¿a una pregunta sin respuesta?

Aristóteles hablaba de eso, del "miedo al vacío", a que la Naturaleza nunca dejaba un sitio en blanco sino que evolucionaba para "comerse" el vacío.

he leído que los físicos antiguos definían al vacío como algo inerte, pasivo. Cero; nada. Incluso inventaron eso, el horror vacui, el horror de la Naturaleza al vacío para explicar distintos fenómenos. Pero hoy sabemos que el vacío es una especie de medio natural agitado por increíbles fluctuaciones electromagnéticas que podrían convertir a la nada no ya en un problema sino en la solución a muchos enigmas.

horror vacui

con una prisa en los zapatos y el cabello dislocado
rellenaste el profuso marco
hacia aquel pasado de olvidados muertos
una guerra de cruces bajo la espina de unas tumbas
fue cementerio de aspas y pulsos en tu vena abierta
tus manos como ruecas
insuflaban geometrías en la raíz de tu estampa
y en ese intento de huida por alguna esquina de tu marco
tus dedos inundaron las hojas muertas de tus límites

imposible desalcanzar el reconfortante útero
te rendiste flotando como una bandera gris
en esa órbita cementerio

*poema en construcción
*en este Klimt se puede ver bien esa expansión hacia los límites (horror vacui)

jueves, 7 de enero de 2010

miércoles, 30 de diciembre de 2009

pierre gonnord, L* y lady vengeance










“Mis paisajes son retratos de energía, igual que los rostros son territorios”


Primero fueron personas que huían de lo convencional, luego minorías marginadas, y ahora, comunidades rurales aisladas de la vida urbanita. De eso trata Terre de personne, el nuevo proyecto que el artista francés Pierre Gonnord presenta en Madrid. Una nueva alusión a la mirada pero esta vez, no sólo desde el rostro, también desde el paisaje. Esa tierra de nadie donde también hay máscaras.
*Fuente: El Cultural

He tenido a mi querida L*,, en casa, así que ayer fuimos a ver la exposición de Gonnord. La lluvia no nos dio tregua, pero entrar en el mundo de Gonnord secó nuestras humedecidas almas. Escrutador e instigador de éstas, Gonnord nos recordó la humildad y los quehaceres de las gentes del campo. Ahondando en la belleza extrema nos espetó en nuestro acomodado rostro el otro lado, esto es, la incomodidad, la dureza de la vida del campo, los rostros duros, cansados, inolvidables. Los nada capitalistas. Los que soportan lluvia incendio y viento.

Tierra de nadie, paradójico título, tierra de ojos. De los olvidados, los desapacibles, los aplastados por el progreso de este otro lado del mundo, los testigos que arrastramos. Los nadie. El mimetismo de todos estos nadie. En definitiva, la intimidad caminando hacia atrás.

Toda una experiencia ir acompañada de esta gran L*, entendida o entendedora de la fotografía, la cual me desveló secretos bien guardados. Me obligó a mirar el haz de luz que desde arriba incidía, la luminosidad inundando ese mundo encerrado en un marco, el reflejo idéntico en todas las pupilas de todos estos nadie. El porqué sí y el porqué no del diafragma.

A la tarde, casi sin quererlo nos descubrimos, aún con lluvia, viendo con asombro Sympathy for Lady Vengeance, donde la violencia era palpable. Y pensaba en la insatisfacción de la venganza, donde su ejecución es totalmente inútil dejándote un cuerpo vacío, pero aún así, tan necesaria. Una trama que entrama. Que sitia. Sí, dicen que la venganza es un plato pero es un plato que indigesta. Maravillosa pero dura película que volvería a ver una y otra vez.



Ahora la lluvia persiste pero L* salió de lluvias, es decir que ya no persiste revoloteando por la casa como revolotea la lluvia a todas horas. .

domingo, 21 de diciembre de 2008

El mundo de Estefanía García

Ayer fue un día completo. Podría decirse que redondo incluso, si no hubiera sido porque S. no pudo acompañarme allá donde me llevaron mis pasos. Trabajaba y ya a la tarde sus pies se detuvieron. Aunque eso sí, hoy cierro ese círculo concéntrico de mis pasos antiguos contándole con pelos y señales lo que ayer noche no me dio tiempo a contar.
A la mañana fui con P. y G. a recoger un librito de vivencias (de título poco afortunado, tengo que decirlo) donde confluían los relatos ganadores y finalistas de un certamen que organizaba la Consejería de Transportes y entre cuyas páginas se encontraba Al revés,, mi pequeña aportación en este libro. Nos reunimos con S. y comimos cerca de casa, que acababa de salir de un trabajo donde elabora los dulces que más felices hacen a nuestros paladares. Más tarde tomamos café y té ya en casa (ah y un turrón hecho con sus manos que no tardó en deshacerse en los paladares de los comensales). Después mi casa se vació dejando espacio a S. para dormitar un sueño atrasado que le arañaba la cara. P. fue de visita a casa de sus padres y G. y yo nos fuimos a la presentación de un libro donde de nuevo se unía el arte de la pintura con el de la escritura -qué perfecto maridaje-. Textos de Ana Rosetti envolviendo el mundo maravilloso de la pintora Estefanía García, que desconocía pero que seguiré en cuanto acabe estos párrafos, o viceversa. El mapa de la espera, rezaba el título. Una cuidadísima y enloquecedora edición de Centro Editores. Una edición de 100 ejemplares firmados y numerados por sus autoras, con un tiraje especial de 7 ejemplares que incluyen, cada uno, un original de las ilustraciones.
Ya la semana pasada S. y yo nos quedamos prendadas de los mundos que se descolgaban de las paredes. Una exposición de Estefanía en la que sus cuadros nos transportaron en el espacio sólo llevadas por la inercia de su mundo. Como si fuera un imán. Un mundo entero, cerrado, perfecto, que emergía de unos muros donde miles de colores te explotaban en la cara, estallando tus sentidos. Ayer tuve sorprendentemente la oportunidad de volver a ver sus dibujos, más de cerca. Originales. Y digo sorprendentemente porque desconocía esa aportación suya en ese proyecto de ayer.

He visitado la página de Estefanía y aún ahora sigo buceando en esos mapas que ella concibe como único mundo. Un mundo aparte que supongo la caracteriza donde nos presenta a sus particulares habitantes. Confieso que me he quedado prendada de ese modo de concebir.

Uno de los poemas que encabeza este proyecto:
“El mar en los mapas son orlas que van desde el celeste claro al oscuro. Pero el que yo me imagino es como un cielo fruncido lleno de charcas de plata. O una red de espuma cargada de verde. O un camino de cobre temblando hasta el sol. …”
Ana Rosetti

*dibujos de Estefanía García

Tras la presentación y después de hojear con amorosas manos las estanterías del CAM donde me topé con toda una lista de títulos dispuestos verticalente de mi siempre leída Clarice Lispector (me los hubiera llevado todos pero no llevaba mucho dinero), nos encaminamos hacia el Bukowski, donde Óscar Aguado presentaba su Canción de cuna para un héroe. Libro publicado por la incipiente y espero que eterna editorial Ya lo dijo Casimiro Parker, dirigida por marcusversus. Volver no sólo a ver a Óscar sino escucharle, consiguió cerrar ese círculo de día donde me moví dándole sentido a todo. Estos días tendré su libro cerca de mis manos. Fue un placer Óscar, aunque la emoción haya disparado a mis piernas, ya que hoy están agotadas.