"Me encanta el verano, hay piel por todas partes". Hoy me ha despertado esta frase. He guardado esta primera frase que me ha espetado S. en cuanto ha sonado el despertador diez minutos antes, tiempo que dedicamos a decirnos y escucharnos antes de comenzar el día independientes sólo físicamente pero verticales.
De vuelta a la normalidad. A mi normalidad. Pero es una normalidad anormal. En el trabajo mudanza antes que en casa. Todo se adelanta. Y cómo me cuesta volver... Volver. Volver a las andadas. A la rutina diaria, al trabajo amontonado, al silencio en la oficina pues la mayoría está de vacaciones. Y quien no tardará en marchar encierra hoy de nuevo sus pequeños enseres de su pasado laboral en una caja para moverla de sitio.
Cajas. Cajas zarandeadas. Cajas apiladas. Unas sobre otras, optimizando espacio. Aquellas pequeñas habitaciones cubiertas con una tapa que vive unida a la parte principal, aquel habitáculo de vértices para transportar algo. Vértigo desde dentro. Vértigo desde fuera. Paredes de cajas que me separan del mundo... como un parapeto al dolor de fuera. Me encanta la palabra caja pero su contenido incluye tanto movimiento que no sé si deseleccionarla de mi memoria quieta. Siempre han formado una parte importante en mi vida. Mi pasado y mi memoria está llena de cajas. Todo son vehículos. Mi boca es un vehículo. Mis manos, mi cuerpo zarandeado. Nuestros cuerpos son cajas que transportan ideas, sentimientos. Siempre hay algo dentro de ellas. Aire. Polvo. Humo. Nada. A veces son huecas, otras las llenamos de órganos vitales pero siempre se oye un eco dentro si nos silenciamos. El hueco que forma el aire encerrado. Enrarecido. Somos un vehículo. No dejamos de movernos, somos nosotros quien nos movemos al compás del movimiento de la tierra. La inercia. Mudanzas.
Y hablando de mudanzas, se me viene a la cabeza (no viene a cuento, o sí, qué sé yo) un maravilloso soneto de Lope de Vega que siempre me gustó y que acabo de recordar, junto a aquel otro que decía Vireno, aquel mi manso regalado...
Mudanzas
Lope de Vega
El humo que formó cuerpo fingido,
que cuando está más denso para en nada;
el viento que pasó con fuerza airada
y que no pudo ser en red cogido;
el polvo en la región desvanecido
de la primera nube dilatada;
la sombra que, la forma al cuerpo hurtada,
dejó de ser, habiéndose partido,
son las palabras de mujer. Si viene
cualquiera novedad, tanto le asombra,
que ni lealtad ni amor ni fe mantiene.
Mudanza ya, que no mujer, se nombra,
pues cuando más segura, quien la tiene,
tiene polvo, humo, nada, viento y sombra
6 comentarios:
hay piel por todas partes... es una preciosa frase para el verano
mi vida también se compone de cajas, incluso los recuerdos se me apilan clasificados en columnas interminables de cartón...
ánimo, la normalidad siempre acaba imponiéndose :)
un beso
¡Cuanto pasado cabe en una caja! y cuanto presente siempre, o futuro empaquetado, mudado, como dices: transportado.
Después siempre hay algo que se queda dentro, porque nunca sacamos todo de las cajas. No son sólo un vehículo, sino también sarcófagos del tiempo a los que de vez en cuando me gusta volver. "Cápsulas" las llamaba Warhol. Esas cápsulas del tiempo que nos contienen. O los universos paralelos de Futurama ¿has visto ese capítulo? Encierra algo de filosofía en su intrascendencia animada.
Hola, de verdad que aloy rafa, ya comienzo a reconocer mi entorno. Despues de la limpieza del invierno en mi cabeza, empiezo a rellenar "cajas para el tiempo", donde alguien pueda encontrar mi alma, y reconocerme cuando mi materia se haya transformado en algo útil y alimento de la vida de otros para que puedan ir subiendo la torre de cajas llenas de ilusión y poder llegar a...un mundo mejor.
Nuria mudar es la labor mejor pensada para crecer. Se retiran los estorbos y se estiran los caminos hacia el horizonte que queramos. Espero estar pronto con algún cuento (diatribas)para seguir nuestro contacto en el "almario".
Un beso para tí y para S.
Rafa
Nuria, me encannnnta esa música que tienes puesta. Y las pelis de Wong Kar Wai!
Besones *
A mi la palabra caja me trae zapatos y regalos..., será que hace años que no mudo de "lugar"
un beso.
Sí. Es tiempo de mudanzas.
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