ésta es la fotografía de Benjamín Larrea y estas letras de más abajo, la imagen que yo entendí ver y escribí. Puro simbolismo al que recurro cansada ya de movimientos realistas, eso sí con un final siempre trágico
la lacra
una mancha de sangre rota
un tendido cuerpo en la llanura blanca
una mácula roja
un soldado que huye tras un alud en guerra
y allí, a lo lejos, en la ofensiva del horizonte
un llamador de vida
-pulsador del pulso que llega-
el desbordamiento de una galaxia
que vive como un planeta extraviado
en esta física de partículas
¿quién eres?
otra lacra
otra guerra que irrumpe
otra mancha de sangre rota
ahora miro esta otra fotografía y es exactamente eso lo que veo, la piedra negra con la que escribiré a todos los vencidos. Puro realismo que me ancla a la tierra y que me aleja de todo simbolismo.
La dureza y la tragedia, la realidad al fin y al cabo, siempre acaba conquistándonos, por mucho que la neguemos. Por eso, por eso incluso el desenlace más simbólico elegido por nosotros resulta siempre tan trágico
del simbolismo al realismo, del realismo al simbolismo, del simbolismo al realismo, pero nada nada nada
1 comentario:
si dices nada
se me clava todo.
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