Ayer viernes S. descansaba. Yo trabajaba hasta las 14 h. El día anterior me dijo T. de Olifante Ediciones que ya había enviado un paquetito con algunos libros de El pez místico. Yo le dije entonces a S. que estuviera atenta a todo ruido allá afuera, más allá de la frontera radiante de la puerta de casa. Que estuviera atenta a cualquier golpecito en la puerta dado con sumo cuidado con la cola de mi pez. Eso hizo. Estar atenta. A las 12 del mediodía S. me llamó al trabajo para decirme: ¿a que no sabes quién ha llegado? Y yo, contenta y emocionada como una niña de 40 años le dije: -es el pez, ¿ha llegado el pececito? ¿cómo es?, le insitía. Ábrelo, tócalo, galopa con tus dedos por sus páginas y dime cómo es la textura de su escama. Hunde tu olfato entre su cuerpo deshojado. Míralo bien para describirme exactamente á qué huele y a qué sabe. En fin, que S. se reía mientras me contaba lo mucho que le gustaba. No lo hizo mal, porque cuando llegué a casa con la prisa en los zapatos pude cotejar toda descripción antigua. Efectivamente es de un gris místico. Pero lo que más me llamó la atención fue eso, su textura. Tiene la textura de un pez. Es escamoso y amorosamente rugoso. Con montañas de relieves sobre su lomo. Laminoso. Como si fueran células epidérmicas muertas que pareciera se adherían a la piel de tus ansiadas manos. Como si quisieran trepar por ellas. Como si fueran eso, láminas microscópicas que toman otro volumen a tus manos. Imposible la separación. Su cuerpo interior es compacto gracias al grosor y su tono es un ahuesado que se asemeja al esqueleto óseo de los peces de mi mente. Peces con huesos en forma de espina. Colores hueso intenso mancillados con suministros y suministros de tinta negra, como si cada página hubiera sido violada por un calamar enfurecido. En ese mismo interior, que es como un todo, hay alguna que otra cría de pez: un separador y una postal con una foto de esta que suscribe, pero todo con un gusto exquisito. Mi enhorabuena desde aquí a Olifante. Es a mi juicio un libro-pez completo. En fin, que aquí lo tengo, delante, cogiéndolo para describir con la misma exactitud que hizo S. la apariencia física de El pez místico.
En el trabajo pasé la mañana entre maquetas y originales de destinos ya propuestos para este año pero desconcentrada de todo, ya que sólo recibía mails para intentar cerrar fechas de presentaciones oficiales de este pez.
Las próximas fechas ya cerradas (y que pongo en la barra lateral para que permanezcan y no caduquen hasta su llegada) son éstas (volveré a recordarlas).
- El 4 de junio firmo en la Feria del Libro de Madrid (caseta 28) de 19 a 21 h
- El 5 de junio por la mañana firmo en la Feria de Zaragoza y por la tarde lo presentamos en la librería El pequeño Teatro de los Libros.
- El 19 de junio presento el pez en la Casa del Libro de Madrid (Gran Vía, 28) a las 19.30 h.
Valladolid probablemente lo dejemos para julio y Valencia, intentaremos que sea a finales de mayo primeros de junio.
En fin, que después de tanta emoción salimos a la Librería El Buscón, un lugar donde yo ya me encuentro como en casa, no sólo por la librería en sí sino por la compañía. Volver a ver a Elena, testigo fiel de mi primera lectura allí y a la que le firmé un libro, a Jara, la perrita que detesta o quien sabe si adora los aplausos, a Luis Sancho, aquel librero íntegro que todos quisiéramos ser de ser libreros... a Mayte, que últimamente nos encontramos en la boca del metro, conocer a Lucía Barredo, la hija de Chema, con manos igual de artísticas... y aun puñado de caras que ya conozco de aquel día en El Buscón pero que no recuerdo sus nombres fue un placer. En fin, que esta vez leían Chema Barredo y Carlos Martín, dos voces diferentes pero igualmente intensas y buscadores del mismo secreto. Ver a Chema sencillamente me reconforta.
7 comentarios:
Felicidades!
Y Barcelona, ¿cuándo?
Pues digo lo mismo que Sintagma in Blue, porque es exactamente lo que pensaba mientras te leía.
Un abrazo.
Nos gustaría poder presentar tu libro, "El pez místico" en Valencia, en Libreria Primado, en la segunda quincena de septiembre.
Si pudiera ser.
¡¡¡Enhorabuena por la edición!!!
Un beset
Víktor
Enhorabuena, Nuria. Espero que no reniegues de este hijo (como tiendes a hacer siempre) en cuanto nazca el siguiente que ya está engendrado.
Un beso bajo el agua.
Pura e Isa
me gustaría presentarlo en Bcn. Lo intentaré aunque sería más adelante
Victor
Querido Viktor, habla con Laura, probablemente lo hagamos este 25 de junio con ella, si su maravilloso estado nos acompaña. Ay Viktor, qué ganas de que veas el libro, su vestido, su interior, tu cita... Qué ganas de verte también. A ver si así es posible este encuentro el 25.
Miles de besos místicos
Gracia
Mi pez sobrevive como al final lo hacen todos, a pesar de mis ya conocidas negaciones.
Me alegraste el día, Nuria.
Lo más hermoso sería ese 25 de junio
entre la gente suficiente
presentando El pez místico
ojalá salga
un beset
Víktor
los peces los amo
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