viernes, 27 de mayo de 2011
el aullido de ginsberg
He visto los mejores cerebros de mi generación destruidos por la locura, famélicos, histéricos, desnudos, arrastrándose de madrugada por las calles de los negros en busca de un colérico picotazo, pasotas de cabeza de ángel consumiéndose por la primigenia conexión celestial con la estrellada dinamo de la maquinaria de la noche, que, encarnación de la pobreza envuelta en harapos, drogados y con vacías miradas, velaban fumando en la sobrenatural oscuridad de los pisos de agua fría flotando sobre las crestas de la ciudad en contemplación del jazz
*aullido de allen ginsberg
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3 comentarios:
¿el precio de la luz?
miradas vacias...
fuerte y terrible.
Besos.
anda que a Ginsberg no le gustaba la mandanga...
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