jueves, 17 de mayo de 2007

En la punta de la vida


Puede que la raíz del hombre, igual pero distinta a la raíz de un árbol, sea la que nutre nuestro respirar profundo… puede que la raíz de los cuerpos sea la perpendicular con esta tierra que tanto se mueve, pero también puede que esa misma vertical sea la que nos hace ver la vida al revés, la única manera correcta de vivirla. Entonces, habría que pensar a veces que más allá de la oreja existe un sonido, en el extremo de una mirada hay un aspecto y en las puntas de los dedos un objeto que siempre es invisible... Habría que descansar en la conjetura de que más allá donde expira un pensamiento hay una idea recién nacida… que en el último suspiro de una alegría nace ya otra alegría y pensar que lo mismo ocurre con los sentimientos. Y es en este tiempo donde debemos aprender a confiar en que en la punta del pie es precisamente donde está el salto. Y a mí me gustaría parecerme tanto a aquellos clavadistas de La Quebrada en aquel lejano México..., que detrás de un salto dejan la libertad a la intemperie del viento, colgando de los ojos la distancia que les separa del mar. Así que aquí me quedo, para asomarme al borde de ese abismo incorpóreo... Hay tantas cosas que decir que no sabemos cómo decir… faltan las palabras, pero a veces, a veces habría que negarse a inventar otras nuevas, las que ya existen deberían decir lo que uno quiere decir incluso aquello que está prohibido.

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