jueves, 21 de julio de 2011

lo que sé de mí

pequeñas obsesiones, o lo que es lo mismo, lo que sé de mí. escuchar voluntariosa una misma pieza de música 70 veces 7, durante 7 días seguidos y no ser un castigo a mi autismo. no tener voluntad para pasar de la sábana de un libro, y querer dormir allí, acampada. schopenhauer. meter el azucarero en el frigorífico y la mantequilla en el armario. la mirada de cualquier animal. pedir perdón hasta cuando soy yo la pisada. bucearme a mí misma. la lluvia. que me cueste pedir mis propios libros prestados. subrayar los libros y que digan que mis libros están sucios, cuando para mí laten, ya lo creo que laten, será que latir mancha. no terminar nunca nunca nunca el último sorbo del café, para no ser yo quien lo mate. los despistes, que se escapan como arena entre los dedos. los libros de ensayo. el arte de mirar, sobre todo. observar. un verbo precioso. las ballenas. pasarme de parada en el metro como castigo por observar obsesivamente al mundo que me rodea y re-inventar sus vidas. llorar. la belleza. no ser capaz de decir no. las amistades nuevas. la música que hay en ellas. compartirlo todo, hasta estas pequeñas obsesiones, o lo que es lo mismo, lo que sé de mí. las sumas. escribirlo todo. la multiplicidad de las palabras. hacer matemática con ellas. kierkegaard. porque es bello desear la belleza. mirar al cielo. la velocidad de lo lento. la velocidad del agua. el agua. ver películas y olvidarlas completamente. el universo que hay en una cerilla. encender la televisión en cuanto entro en casa y taparle la boca para escuchar la música. la belleza otra vez. tener los pies lo más alejado de la tierra (esto es algo físico) a pesar de ser ella y no otra la que me sostiene la caída. holan. abrir las ventanas para que entre el mundo de afuera aquí dentro. la hierba bajo esos pies alzados. septiembre. las pequeñas cosas. correr. el viento que golpea como un látigo la cara. lo suave también. mi exaltación siempre. las ballenas de antes en alta mar. la belleza que hay en no conocerme más. correr hacia un autobús para no perderlo aunque esté a punto de salir. las vacas que hay a las afueras de cualquier ciudad. hacer de la ciudad una colina. los de mí y los no de mí. aventurarme siempre hacia el sí porque el no ya lo tengo. el eco. la voz de los otros. la belleza, claro. saltar del blanco al negro en vida y dormirme en el gris. despertarme a media noche con un par de palabras que barajar y escribirlas para poder enredarme en ellas -fuente de versos-. leer en alto aquello que me ha atravesado. la belleza, como no... la belleza

Bernarda & Marcos Fink - Canciones Argentinas (Piazzolla, Guastavino & Others)



como un ciego entre espinas voy cruzando tu olvido; tu recuerdo es la ruta donde sangran mis rastros, de todos los dolores del mundo dolorido, como un ciego entre espinas voy cruzando tu olvido. Triste pájaro errante que desertó de su nido y se perdió en la noche tan engañosa de astros, como un ciego entre espinas voy cruzando tu olvido; tu recuerdo es la ruta donde sangran mis rastros. Para mi cualquier camino desemboca en tu recuerdo, empalma con tu destino para mi cualquier camino. Ya que seguirte es mi sino con mi sino estoy de acuerdo, para mi cualquier camino desemboca en tu recuerdo. Lauro Viana

4 comentarios:

Filiola dijo...

Me encanta, Nuria. Un beso!

Elisa

Meme Vergara dijo...

El autismo no es una fatalidad... suele conectarnos con otras cosas, con la misma melodía por días, o con la misma frase repetida hasta el cansancio.

Estos versos son preciosos.

"Ni siquiera me muero para ver si te olvido
Ni siquiera te olvido para ver si me muero
Un oscuro silencio me dejo tu cariño
Un dolor que no duerme se volvió tu recuerdo
Y me duermo pensando que le hiciste a mi vida
Que mi alma quisiera enamorarse de alguien
Pero tu no la dejas en las noches te acercas
Pero todo es mentira porque no estas conmigo...."

Cómo precioso es lo que escribiste.

Besos.

Eva R. Picazo dijo...

dormir con un libro en la nariz. amanecer con otro en las manos. despedirme si te vas doscientas veces. contar todo por sistema. sonreir a los ojos de la gente. llorar como un río, derramándose sin poder pararlo. escuchar música sin cansarme. ¿no terminar nunca nunca el último sorbo del café? esto es lo que siempre me ha pasado!

mil veces mil gracias

como me gusta leerte.
Un beso

yoSoy dijo...

Bello Nuria, me veo en casi todo.

Desde que vi (hace mucho tiempo) en un documental a unos niños autistas pernoctar con ballenas en un acuario, no puedo dejar de llorar cuando veo una. ¿me curaré?

Lloro.