en noches oscuras y frías, algunos erizos descubren que si se juntan tienen menos frío. se acercan cada vez más, pero son erizos y se pinchan unos a otros. asustados, se apartan.
cuando se alejan, se lamentan por esa pérdida de calor, pero al mismo tiempo, tienen un irracional miedo a dañarse. pasado un tiempo y vencido el miedo, vuelven a juntarse y se pinchan de nuevo. así permanecen durante algún tiempo... hasta que descubren una distancia que les permite darse ese calor sin necesidad de lastimarse.
*para todos aquellos erizos que quiero, pero que les cuesta tomar esa distancia con aquello que les lastima...
4 comentarios:
No imaginas cuán identificada me siento con estas letras...
Un abrazo sin púas, de los que no duelen
alicia, la líneas de la vida a veces parecen estar escritas para cada uno de nosotros, con esa individualidad con la que la tratamos.... quién sabe si en este mismo instante no han amanecido erizos más sabios que han sabido distanciarse sin separarse para no dañarse....
en cualquier caso, no sabes cómo me alegra tu identificación.......
Qué difícil y qué bello al mismo tiempo... Seguiré luchando, a ver si algún día consigo encontrar esa distancia con mis erizos...
Me ha encantado, Nuria :)
Casi doy un salto de la silla cuando, con este maravilloso Tristán de fondo, veo el nombre del de Danzig escrito en una entrada. Justo ahora que me sumergía de nuevo en su Mundo, es decir, en su filosofía y en su obra cumbre.
Hay cosas que ciertamente son insondables, como escribía Goethe, y otras que quizá tengan demasiados pinchos para acercarse a ellas sin dañarse.
Un abrazo
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