miércoles, 8 de diciembre de 2010

cayendo al epílogo estelar

estamos a punto de caer amor. estamos a un sólo paso de la sima. a uno solo. pero a un paso que no para-caídas amor. sin coronas de marfil a las que asirnos. sin espuelas que nos frenen. estamos a un paso del talud. sin amor ni sima ni barranco amor. sin temblores oscilantes. desbocados. sin resumen ni red en la garganta. sin sentencias de amor ni destellos. con silencios consabidos. ni siquiera somos sueño de panteras amor. ni tampoco dueños de los sueños. ni siquiera carne alguna queda. ni sangre entre rendijas de esa carne de pantera. estamos a tan sólo una zancada del tornado amor. a una ráfaga y tras esto su heredero precipicio. a un ridículo embate de viento amor. tan solos sin amor y sin aliento en este giro de baldosas amor. en este buque cósmico de cruzadas sin contrarios. y todo amor para terminar a bocanadas donde empezamos esta revolución. licuados diluidos desleídos en aquel nebuloso vértice en el que nos juntamos amor. coronilla de nuestro universo. ahora monótono y frío territorio geofísico donde si yo te suelto amor me dis-paras y si me sueltas si me sueltas amor te sujeto el vértigo el furor y la bala. porque matar cansa amor y además mancha

*foto: Kieran Antill

órbitacementerio

2 comentarios:

Darío dijo...

La vuelta constante de "amor", me hace sentir que, a pesar de que caemos, vamos de la mano.

PÁJARO DE CHINA dijo...

arrasador. me recordaste la Tormenta de Nieve, de William Turner. sujetarse al otro, en esa caída en la que, no obstante, estamos tremendamente solos. pero que no podemos enfrentar sin sujetarnos. (anoche dije: "no sé a qué sujetarme" y él respondió: "a los libros. y a mí"). gracias, nuria. (esto arrasa y golpea, se obstina como el amor de Adele H.).