Ayer fuimos a Casa Julio. A S. se lo habían recomendado como uno de los mejores lugares donde ponen los huevos rotos, y como buenas fanáticas de los huevos rotos, allá que fuimos. El nuevo horario de S. nos permite salir algo más, es cierto que no somos mucho de salir pero yo disfruto y aprovecho con gusto esta etapa. Casa Julio tiene la solera que todos buscamos en una ciudad como Madrid. Esa vejez y esa autenticidad que todos buscamos en un lugar como Madrid a veces tan impersonal y aparentemente moderno. Decorado no por ello con mucho gusto, las paredes están vestidas de fotografías de famosos que se han dejado atrapar por las croquetas y esos famosos huevos rotos que aún hoy hace con soltura maite Gil, una mujer de 68 años que ha convertido Casa Julio en un lugar especial.
El mítico grupo de rock U2 fue fotografiado al completo en el interior de Casa Julio. Allí, donde S. y yo descánsabamos y observábamos. Santiago Segura, Eva H, José Saramago, etc. No soy muy despistada con lo que me gusta, mucho con el resto, -de hecho esta misma semana me han robado la cartera-, pero esta vez fue S. quien, conociendo mi adoración por la mujer L. la Liddell, gritó: Mira, Angélica... Hasta ese momento y tras observar fotos de actores, músicos y demás, mi corazón seguía en su sitio, impertérrito, sentado junto a mi, junto a mi lado izquierdo, esperando quizá ser sólo sorprendido por el sabor auténtico de unos huevos rotos que no tardaría en comer. Pero en cuanto escuché a S., que siempre nos sorprende el estómago, el latido se aceleró. Giré la cabeza y justo ahí, detrás de mí, una instantánea preciosa de Angélica Liddell, mansa como los animales, límpida, pero con un torrente de ideas salvajes en la cabeza, mitad blanca, mitad negra, sujetada o sujetando el dintel de la misma puerta por la que S. y yo nos adentramos. Tomamos una cerveza y un vino y nos aventuramos a llenar nuestros estómagos con las croquetas y los huevos rotos. En fin, todo un disfrute para los ojos y también para el estómago, por supuesto. Además las dos chicas que estaban allí eran muy amables
*en la foto Maite Gil y su hijo Luis y sus croquetas (sacada de El País)
para volver, sobre todo si hace mucho que no ves a la mujer L, sobre todo si te gustan los huevos rotos, las croquetas y un largo etcétera
Casa Julio
C/Madera 37
Metro: Tribunal (aquí llevaría yo a los que me robaron ¡canallas!)
en fin, y un recordatorio para los pro-liddell
3 comentarios:
Como pro-liddell, te doy las gracias por hacerme recordar el día D (5 de noviembre de 2010 en el Matadero) mi primer encuentro con Angélica,un antes y un después. Estoy deseando que vuelva a meter la mano en mis entrañas y me las retuerza....,para seguir creciendo.
Me gustó mucho leer lo que pensabas de La Casa de la Fuerza.....y más,sigo tu blog.
¿Y Mi Puta Perrera?
Ya será 5 de noviembre de 2009 y no de 2010, sorry. Por cierto las croquetas de Casa Julio buenísimas.
Pro-Liddell total a pesar de que me maree cuando me sacan la sangre, prefiero sacármela yo... jeje
Besos,
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