martes, 21 de agosto de 2007

La balsa de la vida

I

SOMOS seres diminutos
Nos conforman minúsculas pero adecuadas formas
Desajustadas en la infinita y ajustada tierra
Son como relojes nuestros órganos
Y cuando fallan como aquéllos matan
Seres con el tiempo cosido en el dorso del paisaje
Que se accidentan torpemente
A veces cercenando
Nuestras extensiones anatómicas
Y otras, como no, matando relojes


II
a SAM

EL matrimonio con su piel
Es mi religión entera
Aquel poso de café quieto
Que jamás concluyo
Permaneciendo inalterable
Y esta confluencia epidérmica
Cose mis huecos imperfectos
Me enaltece las virtudes
Me acordona a su cicatriz
Eterna y armonizada
Y me dispara la caricia
En aquella fe que discretamente
Se fosiliza

1 comentario:

María José dijo...

Preciosos poemas Nuria