Hoy es día de luto. Un pájaro se ha dormido en una isla de árboles.
Y allí, entre árboles, aún yacen los huesos de su gran envergadura. Allí, en un pueblo de nombre azaroso. Barajas...
La noticia de ayer me arrasó toda la piel como aquel pájaro inmenso arrasó a su paso los campos secos. Hoy es día de luto y mi corazón se ha quemado con un viento de pájaro. ¿Pero, qué hacer con la pena? ¿Qué hacer con ese bicho asqueroso, ese pájaro muerto aún caliente anidado en el pecho?
¿Qué hacer con el recuerdo de aquel inmenso cuerpo que se ha llevado en su viaje tantos latidos... Un pájaro se ha partido sobre la tierra ardida.
La vida es tan circular que cuando pienso en la gente que está directa o indirectamente relacionada con un ser desaparecido... Cuando pienso en esa interrelacionalidad... no veo ningún final. Todos somos finalmente familila. Nos une la vida y cuando se rompe un hilo peligra todo el eje que une los extremos de la tierra. Uno es familiar directo de otro, la mujer de ese otro, los amigos y conocidos de ambos. En fin, qué miedo, de seguir así puede que no se pare haste cerrar el círculo.
¿Qué hacer con la pena en la que quedan los vivos hoy inmersos? Pienso que quisieran arrancarse de un gesto el corazón para no pensar, para no sentir... Arrancarlo y arrojarlo lo más cerca de sus más queridos seres. Pienso que sus mentes sólo conciben la noticia como un sueño.
La vida continúa. Sí, hoy de camino al trabajo he descubierto estupefacta y de nuevo que la vida continúa. Me enfadó esta continuidad. Me enfadaron los rostros con los que siempre viajo porque no vi en ellos un ápice de duelo. Supongo que tiene que ver la temprana hora. Puede que haya sido también el miedo a mirar de cara a la muerte. Al destino. El miedo a nuestro tamaño y limitaciones. Supongo que es sencillamente miedo.
Aunque luego pensé que debería de ser así. Dejar y apoyar esa decisión de continuidad de vida para el resto. Que la vida siga. Quizá sea la única manera de mantener más vivos a los familiares de los desaparecidos.
Esta mañana venía escuchando la radio y en homenaje pusieron una canción de Serrat, era un poema de Miguel Hernández.
Cuando encuentre la música la subiré. Dejemos que mientras tanto nos vista la poesía...
ELEGIA A RAMÓN SIJÉ
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería.)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
.
Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
.
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
.
.Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
.
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
.
A las aladas almas de las rosas...
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
4 comentarios:
Un abrazo enorme, Nuria, enorme y tembloroso.
Beso.
Y mañana sigue saliendo el sol.
Besos
La vida tiene que seguir, aunque nos duela y nos desconcierte.
No conocía la versión de Serrat, pero siempre me ha parecido demoledor esta elegía de Miguel Hernández.
Gracias por compartir tu dolor con el nuestro.
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