Esta es la Casa del Poeta vista desde los ojos de S., quise decir, las manos. Éste es el dibujo que estampó en el libro de firmas, como el que estampa un sello, es decir, sencillamente, seguido de unas posteriores letras mías que estampé de seguido. Aquí pasé los últimos días de julio y agún iniciado agosto. Ha sido una experiencia maravillosa. Llegamos un 24 y permanecimos por esas tierras hasta entrado agosto. los últimos tres días asistimos al IX festival internacional de poesía del moncayo donde yo haría tres intervenciones repartidas en esos días. Llevaba bajo el brazo Órbita Cementerio para trabajar en él. Regreso con menos versos que los que llevé. pero eso es positivo porque el viento de Trasmoz atizó mis ideas limpiando de paja la sobrante tierra. todo un ejercicio de síntesis, sin duda.
eso sí, también hemos viajado, caminado, leído, reído. hicimos la ruta de bécquer caminando, otra ruta para ver los restos de un pueblo celtíbero, partiendo del monasterio de veruela, maravilloso enclave, así hasta derrotar nuestros tobillos endurecidos por las piedras del camino. hemos traspasado fronteras pisando tierras navarras como tudela, o sorianas como ágreda. hemos comido piedra casi todos los días. pero esa piedra de iglesia antigua, de losa de cementerio envejecido, de casa con ventanas sin vestimentas. hemos aspirado el humo de los puros de los más octogenarios. hemos charlado con los habitantes de Trasmoz hasta cuarenta minutos seguidos. con los panaderos de Vera de veruela donde nos invitaron a sacar fotos del horno, querencia de S., a hablar con el alcande de Alacalá de Moncayo, todo un iniciador de ideas, con la del bar de Vera.... hasta aquí, hasta esta casa nos visitó Octavio Fernández Zotes y su séquito amabilísimo. Un poeta que tenía curiosidad por conocer la casa del poeta y al que abrí las puertas emocionada por su emoción.
mi intervención más amplia fue el segundo día, en el Museo del vino, presenté Tablas de carnicero e hice una lectura de algunos de los poemas-vaca incluidos en el libro. leí también en otro momento un poema de Órbita cementerio y por supuesto, sin dejar caer en el olvido mi querido pez místico del que también unos breves poemas.
Ya en el festival, segunda vez que repito en el moncayo, conocí a gente muy interesante.Juri Talvet, es un auténtico poeta estonio cuya amabilidad y afabilidad sorprendían como sorprende la mismísima belleza, y su acompañante de guerra, Albert Lázaro-Tinaut, traductor de Jüri al que me une algo más que la poesía, profesionalemnte hablando... elena medel, por todos conocida, jovencísima poeta pero de maduro puño y cuyo sentido del humor se asemeja tanto al mío, que fue disfrute su compañía. almudena vidarroeta, otra joven poeta cuyos versos traspasaron la primera cobertura de mi cuerpo para llegar al meollo de la cuestión, a mi propio meollo... y que además es de los fayos, rincón que encandiló los ojos de S. y los míos propios. o mi nunca olvidado Angel Guinda y Raquel Arroyo, a los que siempre me tranquiliza ver.
nacho escuín, cuya compañía y cuyos versos también acompañaron esta que suscribe lo dicho. Carlos vitale, un asentado, en todos los sentidos, poeta y hombre, con todo lo que suscita ambos vocablos. tampoco me olvido del poeta iraní Mohsen Emadi, ya querido por mí pues coincidí en ese mismo festival hará unos cinco años. Descubrí grupos como China Chana que me gustaron tanto que en cuanto terminaron su actuación me fui corriendo a por su disco, el cual nos acompañó a S. y amí en las siguientes excursiones por esas tierras aragonesas.
no me puedo olvidar de alguien importante en todo el festival, María José Moreno, actriz que en su papel de presentadora exprimió el lado más íntimo de cada unos de los poetas allí presentes para dar a conocer su lado más profesional. una presencia sin duda imprescindible en todos los actos que se expusieron allí.
algunas fotos de algunas actuaciones en el monasterio de veruela el último día. Eva Amaral y Juan Aguirre, a los que insté para fotografiar junto a S., Ingrid Magrinya, bailarina que no toca con los pies en la tierra sólo late y que también conocí con anterioridad, Luigi Maráez & Alime Hüma, un dúo espléndido cuya música consiguió elevarnos de nuestros asientos. y cuya compañía vecinal en la casa del poeta fue todo un disfrute.
O el grupo Lousiana, que admiro desde hace tiempo donde tuve la gran suerte de conocer a Ana Muñoz, una especie de Ofelia de Millais y saludarla con cierta prisa pero lo suficiente como para seguir en contacto. Ver a Octavio gómez Millán o a Luis Cebrián ya no necesita comentario, porque son inercia en mí, siempre.
gracias a todos los organizadores, a Trinidad (Olifante) a Marcelo, en su papel de técnico de sonido, y a todos los allí presnetes. y sobre todo sobre todo al maestro Labordeta, homenajeado en este novena edición del festival. a sus hijas y a sus nietas... y que me disculpen todos aquellos que no menciono por una cuestión de espacio en mi memoria rota.
*fotos de S. y de Albert Lázaro-Tinaut
china chana. para todos to
2 comentarios:
Gracias, Nuria. Los recuerdos recientes pertenecen aún a nuestro día a día, todavía no los hemos asumido en las profundidades del alma y, por consiguiente, no los hemos deformado. Tu relato de los gratos momentos compartidos durante el festival me devuelven a aquellos días tan próximos aún y me hacen sentir todavía partícipe de aquellas horas vividas con tanta intensidad. Me renuevan la emoción del cálido homenaje que rendimos juntos a José Antonio Labordeta. ¡Inolvidable!
Un abrazo cordial.
Cuánta gente buena :)
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