¡ay, dios mío, qué es lo que amamos!
¿esta carne puesta en nosotros como un guante arrugado?
huesos tomados deprisa de alguna lujuriosa cama,
y por ímpetu, el empujón del diablo.
qué es lo que besamos con prisa,
esta boca que busca la nuestra, o aún más ese
pequeño ojo lastimoso en la engañada cabeza,
como si lamentara aquello que a nosotros nos falta.
este pálido, este más que anhelante oído atento
que oye de la lastimosa boca el suave lamento,
para marcar la silenciosa y la angustiada caída
de aún otra caliente y deformada lágrima.
brazos cortos y magullados pies muy separados
para caminar eternamente con nosotros desde la salida.
¿ay dios, es esta la razón que amamos
-no son tales cosas golpes mortales al corazón?
1 comentario:
Se debe amar el alma y no el cuerpo,hoy en dia fijamos toda nuestra atenciòn en las cosas fisicas y las cosas del alma la dejamos de lado.Optimo poema.Maria Z.
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