adoro a shostakovich. lo adoro desde que lo descubrí en mi adolescencia. adoro su potencia, su fuerza, su lado lírico y político, porque su música siempre trascendió a la política. su polémica incluso. su deshielo. su dodecafonismo. adoro sus sinfonías, todas, sus dos óperas, su sátira y demás perversiones. su atonalidad pero también su politonalidad. el cromatismo de sus canciones populares judías, su sinfonía 14 la más vocal y la más hermosa, todo un canto a la muerte. el in crescendo de su sinfonía 8. su timidez y su exacerbada cortesía en una rusia que lo criticaba. este músico era un ser obsesivo. sincronizaba los relojes en su apartamento o se enviaba cartas a sí mismo para probar cómo estaba funcionando el servicio postal. neurótico de neurótica mano era a la vez el ser más sensitivo y más receptivo del mundo. ayer estuve en el real disfrutando con una amiga la ópera maldita marcada por la fatalidad de shostakovich, lady Macbeth of mtsensk. de adolescente grabé esta ópera en tres casette. la conocía perfectamente. este oído sigiloso que arrastro desde entonces ayer tuvo el lujo de ver la sórdida y truculenta puesta en escena de esta lady Macbeth katerinizada, la segunda de shostakovich (la primera fue la nariz, igualemente majestuosa).
en cuanto alzó el nido de su garganta la potentísima soprano eva-maria weestbroek, premiada por el esfuerzo de su largo y duro papel como Katerina Ismailova, la desgraciada protagonista, me dije a mí misma: tiene una voz tan shostakovicha…. y me di cuenta de estaba ante el más puro shostakovich. contradictoria como la mano que la creó, la escenografía está cargada de momentos excelsísimos (muy shostakovich, insisto), cuatro horas en tensión, sin descanso, tregua o aria. el techo del real pareciera que ante esa música nada celestial se cayera por el peso de la caída a su vez del mismísimo cielo.
escenas grotescas definidas en una mujer despojada de su ropa humillada y violada desafortunadamente, masas populares de cuerpos desnudos mezcladores de suciedad y barro que parecieran las pinturas negras de goya, el deseo sexual de los protagonistas, el olvido y el posterior daño, un prolongado –pero corto- coito donde la iluminación y la voluminosa música orquestal acompañaban dicho apareamiento prohibido, policías toscos, soberbias trompetas y trombones encaramados en plateas… todo dirigido hacia el escenario. una puesta en escena tal y como fue concebida, rayando lo soez, lo impúdico, la escoria lo vulgar…. ambientes escabrosos acompañados por una orquesta y un coro que fueron… cómo decirlo… me pregunto si existe hoy una palabra para definir la emoción sentida.
en definitiva, una mujer que aspira eternamente a una vida distinta, que vive en continua búsqueda del amor y cuando le pone rostro es capaz de cualquier felonía -como matar y esconder el cuerpo- por ser besada por su amante. una mujer que comete cuantos asesinatos de aquellos que son óbices a su amor y aun así se la presenta como una vícitma. música lírica mezclada con la más grotesca. como katerina, la lírica enamorada junto a la grotesca asesina.
la acción se desarrolla en un cuadriátero casi metálico y frío y círculo cerrado que nos ofrece la prisión en la que vive el propio cuerpo de katerina.
para mí shostakovich es uno de los mejores músicos del siglo XX, sé que muchos disentirían y le consideran aún hoy polémico y en tela de juicio. lady macbeth de Mtsensk una obra maestra que me dejó clavada en el asiento los minutos que duraron los aplausos. me cuesta aún despertar de la noche de ayer.
shostakovich dijo: dediqué “Lady Macbeth” a mi prometida, mi futura esposa […] porque la ópera trata del amor. También trata de cómo podía haber sido el amor si el mundo no estuviera lleno de cosas viles. Es la vileza lo que arruina el amor, y las leyes, y las propiedades, y los apuros financieros, y la policía estatal. Si las condiciones fueran diferentes, el amor también habría sido diferente.
weestbroek cargó en su garganta el todo el peso de las casi cuatro horas de ópera. un esfuerzo descargado en el grito final, anterior al suicidio y su expresión munchana da nombre a eso, a ese otro grito de munch.
escuchar hasta el final *fotos del teatro real
1 comentario:
Se lee que has disfrutado con la obra.
Feliz Navidad Shostakovicha : )
Publicar un comentario