lunes, 28 de septiembre de 2009

El pez en tierra

Acabo de llegar de urgencias. Tras una mañana en el trabajo con itinerantes ataques de una tos tonta, o tos de "perro" como se atrevió una médica a llamarlo a través de un filo hilo telefónico el otro día, me he venido a casa dada la hora que se me ha echado encima. Y todo para venirme hoy con una pócima en el bolso de augmentine y acetilsteína para adormecer a esa bestia que se ha instalado tras los barrotes de mis ya dolorosos dientes.

Este viernes pasado presentamos en Valencia, en la Librería Primado El pez místico. La presentación en sí y personalmente fue un éxito. Las palabras que complementaron esas pequeñas lagunas a ojos del lector que siempre existen en todo libro antes de despedazarlo en público, palabras en boca de Arturo y de Laura fueron, como ya dije, importantes sentencias para mí.

Dar las gracias a ese primero. El teórico, el estudioso, el crítico, el de la palabra exacta, el filósofo, el ensayista en vida, el que da importancia al lenguaje, el profundo, el exhaustivo. El parafraseador. El argumentador. El de los alegatos. Arturo.

La segunda. La empática, la intensa, la más visceral, si cabe, la propensa al sentimiento humano, la humana al fin y al cabo, la matemática también, la de los vínculos, la que despierta cualquier sensibilización adormecida, la social y la comprometida, la identificadora física y psíquica de su elegido doliente, como ya dije en una ocasión, la del corazón abierto en canal, Laura. Presencias importantes para este pez en esas tierras de mar.

Conocer personalmente a Alicia, a la que le pido mil disculpas por no poder cumplir con mi agenda en el Dorado, fue también un placer. Me hubiera encantado asistir a esa cita y poner rostro a quien ya conoces de otro modo pero mi garganta desfragmentada me obligó a retirmarme.


Gracias también a mi Víktor, cuya voz acompañó y acunó la mía desgajada y deshojada de tanta tos seca....

Gracias también a Miguel Morata, con el que me hubiera gustado charlar más largo y tendido y del que casi no pude ni despedirme, a Paco Bolea, que amablemente me pidió le firmara mi libro, su libro y a todos los que allí se reunieron para conocer un poco más ese pez de ciudad.

La próxima en Valladolid el 16 de octubre, con la esperanza de que este ejército de hormigas rojas patógenas que me sitia la boca desaparezca con una síntesis de matarratas...

sábado, 19 de septiembre de 2009

Las cigarras de Madrid serán mis peces en Valencia

Hoy ha entrado de golpe el invierno. En mi tráquea. Una cigarra seca se me ha instalado en esa voz mía que conozco y sólo me trae inviernos pretéritos y un sonido al que miro extraño. Esta noche blanca quería recorrer Madrid y enmudecer pero de arte y literatura, poesía y un poco de viento. Ahora estoy en casa. Enmudecida pero bien acompañada. Haciendo entrar en razón a esa otra acompañante, una cigarra anónima para que deje de sitiar mi tráquea. Hoy no tengo voz. Y me dedico a dar de beber a este pequeño animal agua tibia con limón y miel para invitarle a emigrar con el ácido. En poco más de una semana, más exactamente la mañana del viernes 25 de septiembre será una mañana como tantas otras. Amaneceré temprano. A las 6.30 saldré de casa para llegar a las 7 h al trabajo, como siempre. Estamos en plena campaña y también como siempre el trabajo comienza a enervar nuestras horas. Los A3 comienzan a pisar mi propia sombra, y no son coches, son preimpresiones de innumerables proyectos de libros. Eso sí, una vez vencidas las dos de la tarde S. vendrá a por mí desde su trabajo y nos encaminaremos a su tierra, Valencia. Dejaremos mis cigarras en Madrid y meteremos en el coche un puñado de peces, una bolsa de viaje y agua para esos peces, e iremos directamente y con poca pausa a la Librería Primado, ya que a las 19 h presentamos de nuevo El pez místico. Dudo que tengamos tiempo ni para cambiar nuestro atuendo, así que de antemano pido disculpas si llevamos en nuestras pieles un olor a pez nitrogenado más intenso que el que todos llevamos. Arroparé la ahora herida piel de mi voz con otras voces importantes para mis pequeñas aletas filósóficas, mis oídos: Laura Giordani, Arturo Borra, presentadores junto a mí del acto, mi querido Víktor Gómez -que hará una lectura conjunta conmigo, sin cigarras- y un representante de la editorial, si la distancia lo permite. Allí conoceré a Miguel Morata, tantas veces nombrado y traído hasta aquí por un viento del este. En fin, y luego a la noche, si logramos quedarnos por Valencia todo el fin de semana, pues cenaremos y charlaremos con los rasgos amables de Laura, Arturo (no sé por qué pero siempre escribo ese nombre seguido de este otro), Víktor y en fin, todo aquel que quiera sumarse. A las 23 h de ese mismo día, si conseguimos no volver a esta tierra seca desde la que ahora escribo, leeremos poemas del pez y quizá alguno de Tablas de carnicero en el EL DORADO-ESPACIO MAE, donde conoceré a una de sus organizadoras-agitadoras: Alicia Martínez.
Y todo bajo la mirada de S. que a veces siento que cree más en mí que yo misma. Todo empuja.

Será un día largo pero será intensamente día...Hasta donde aguante el cuerpo...


Intervendrán: Laura Giordani, Arturo Borra, Viktor Gómez, yo misma y Trinidad Marcellán como editora de Olifante.

Quedáis todos invitados...

lunes, 7 de septiembre de 2009

Imaginería antigua

la sospecha de su muerte
ni crece ni decrece

la espera asfixia la propia ambigüedad
del camino confuso de su boca
su estómago reposa en el eje de una báscula
y ahora, ahora toda ella es esfera acuosa de silencio

es hora de contar la desesperanza
de romper el hielo para diluir la espera
de disolver otras redes de tortura


ayer su cabeza predecía su huida
pero ahora yace acomodada e inédita
en esta balanza de imaginería antigua

De tablas de carnicero